El asesinato de tres niñas en Southport ha desatado una ola de indignación que está recorriendo toda Inglaterra.
A los graves incidentes que se produjeron en la misma ciudad de los hechos, en los que 39 policías fueron heridos, se sumaron ayer concentraciones que terminaron con actos violentos en Hartlepool, donde la violencia fue mayor, en Londres y en Manchester.
En Hartlepool los hechos fueron muy similares a los vividos en Southport la noche anterior. Los manifestantes arrojaron objetos a la policía que custodiaba fuertemente la mezquita de la localidad. Hubo una cantidad de arrestos sin precisar.
En Londres, varios centenares de personas se congregaron frente al Parlamento, profiriendo gritos y cánticos que la prensa ha calificado de «islamófobos». En concreto, y como se puede ver en los numerosos vídeos que se han publicado, gritaron a la policía «habéis decepcionado a vuestro país» y «salvemos a nuestros hijos».
En un momento dado, los manifestantes rompieron el cordón policial, lanzando objetos a los agentes, consiguiendo así avanzar hasta Downing Street, donde se encuentra la residencia del Primer Ministro inglés. Allí se repitieron los cánticos supuestamente islamófobos. En este caso, la policía se empleó a fondo y se produjeron más de 100 arrestos.
En Manchester, un grupo de unas 40 personas se reunieron frente al hotel Holiday Inn, donde el Estado ha alojado a un grupo de inmigrantes ilegales. Allí se vieron pancartas que decían «queremos que nos devuelvan nuestro país» y se pudieron oír gritos contra la policía como «sentimos vergüenza de vosotros».
El pequeño grupo fue creciendo y recorrió algunas calles de la ciudad, causando cortes de tráfico y algunos alborotos con lanzamiento de objetos, aunque no con la violencia de los otros casos. Dos personas de 18 y 25 años fueron arrestadas.