La hipocresĆa y la doble moral marcan la actualidad polĆtica y social. El triunfo de Topuria ha desencadenado la excitaciĆ³n en redes sociales y de las editoriales en el periĆ³dico El PaĆs. No se ha dudado en mezclar el discurso polĆtico y la patria con el deporte. Las dianas han sido claras la figura de Topuria y el boxeo.
Para quien no lo sepa, el pasado fin de semana, Ilia Topuria se proclamĆ³ CampeĆ³n del Mundo tras derrotar a Alexander Volkanovski. El espaƱol, nacido en Alemania, acabĆ³ con el australiano con un KO en el segundo asalto. Una serie de golpes y un remate con un derechazo en el mentĆ³n cerraron la victoria y el invicto. El cinturĆ³n se marchĆ³ a Alicante.
Con el combate finiquitado, las portadas y las editoriales llegaban a los lectores. Topuria retĆ³ a Connor McGregor tras el combate. En El PaĆs, una columna de opiniĆ³n de SĆ”nchez Mellado calificaba las declaraciones y el deporte de contacto como Ā«Bravuconadas y testosterona a chorro. Nada nuevo en ciertos deportesĀ». AdemĆ”s, expresaba que no entendĆa como a los jĆ³venes Ā«les flipa ver a dos tĆos reventarse a hostiasĀ». Parece ser, que las mujeres no compiten en el ensogado entre ellas, al menos hasta la fecha.
Rivers bien, Topuria mal
En el mes de julio, se celebrĆ³ la Tercera Velada organizada por Ibai Llanos -streamer y narrador en redes sociales- y Marina Rivers, icono feminista, presentaba candidatura en el ensogado. La espaƱola consiguiĆ³ la victoria tras una polĆ©mica decisiĆ³n. Sin embargo, aquella vez no se calificĆ³ al boxeo como un deporte de Ā«bravuconadas y testosterona a chorroĀ». Ā
El PaĆs recogiĆ³ el suceso, sin recurrir a su libro de estilo, donde se prohĆbe hablar de la competiciĆ³n boxĆstica: Ā«El periĆ³dico no publica informaciones sobre la competiciĆ³n boxĆstica, salvo las que den cuenta de accidentes sufridos por los pĆŗgiles o reflejen el sĆ³rdido mundo de esta actividadĀ». Con el libro de estilo KO, el doble rasero se abriĆ³ paso.
El esfuerzo empleado por Marina Rivers, como ella defendiĆ³ en sus redes, cerrĆ³ la polĆ©mica tras el combate y el tema quedĆ³ zanjado: Ā«Yo me lo he currado y no tengo la culpa de que no ganara tu amiga. Superadlo, ya pasĆ³Ā», fue la respuesta a las crĆticas. Por otro lado, en el artĆculo se recopilan las polĆ©micas de la influencer espaƱola y se recuerda la Ley del solo SĆ es SĆ, donde expresĆ³ su opiniĆ³n. Irene Montero recogiĆ³ sus palabras, que la eximĆan de cualquier culpabilidad, y las consecuencias, segĆŗn Marina, provenĆan de una mala interpretaciĆ³n judicial. En esta ocasiĆ³n el boxeo no fue un Ā«sĆ³rdido mundoĀ».
Sin integridad no hay credibilidad
Uno de los grandes problemas del periodismo es la credibilidad. La crisis del 2008 devastĆ³ las redacciones y la investigaciĆ³n dio paso a la rapidez. Actualmente, la prensa en papel se ha desplomado y la hipocresĆa es la reina de los movimientos editoriales. La realidad ha superado a la ficciĆ³n y el doble rasero se abre paso en la dictadura de lo polĆticamente correcto.