España ha superado por primera vez en su historia los 22,26 millones de ocupados, según la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre del año. La tasa de paro ha caído hasta el 10,29 %, la más baja desde el año 2008. Estos datos han sido celebrados por el Gobierno como un signo de “recuperación sólida” y “estabilidad del mercado laboral”.
Sin embargo, esta aparente mejora esconde un fenómeno preocupante: millones de personas trabajan, pero no pueden cubrir sus necesidades básicas. Según un informe de Oxfam Intermón y el instituto ISEAK, el 13,7 % de los trabajadores en España se encuentra en situación de pobreza laboral, es decir, más de 2,8 millones de personas.
Radiografía de la paradoja laboral
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Empleo récord:
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22,26 millones de ocupados.
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Tasa de paro: 10,29 %.
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+354 600 nuevos contratos indefinidos en el trimestre.
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Pobreza laboral en cifras:
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13,7 % de trabajadores en pobreza (Oxfam Intermón).
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29,5 % de pobreza entre migrantes no comunitarios.
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32 % en hogares monoparentales.
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27 % en trabajadores autónomos.
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23 % en empleos a tiempo parcial.
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12 % en familias con menores a cargo.
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Salario mínimo interprofesional (SMI):
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1.184 € brutos mensuales (en 14 pagas).
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Más del 50 % de los asalariados cobra solo entre 480 y 600 € por encima del SMI.
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Factores que explican la pobreza con trabajo
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Bajos salarios y alta temporalidad.
Aunque se han creado empleos, muchos son mal remunerados, parciales o precarios. La productividad sigue siendo baja, lo que limita la mejora salarial. -
Coste de vida elevado.
El precio de la vivienda, la inflación acumulada y el encarecimiento de productos básicos han erosionado el poder adquisitivo, incluso en hogares con ingresos. -
Desigualdad por perfil social.
Las mujeres, los inmigrantes y los jóvenes están sobrerrepresentados en empleos inestables y peor pagados. -
Déficit en políticas de conciliación.
Las familias con hijos, especialmente las monoparentales, sufren mayores tasas de exclusión pese a estar empleadas.
Reacciones y propuestas
Organizaciones sociales, sindicatos y expertos reclaman una estrategia integral para acabar con la paradoja del “trabajador pobre”. Proponen:
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Aumentar el salario mínimo real por encima del coste de vida.
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Impulsar un pacto de rentas y reformas fiscales redistributivas.
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Estabilizar el empleo, eliminando la parcialidad forzada.
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Reformar el sistema educativo y la FP para mejorar la productividad.
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Reforzar las ayudas universales a las familias con menores.
El economista José Ignacio Conde-Ruiz ha señalado que “el problema no es solo cuánto empleo se crea, sino de qué calidad es y si permite vivir con dignidad”.
España avanza en términos de ocupación, pero la calidad del empleo y la justicia salarial siguen siendo asignaturas pendientes. Tener trabajo ya no garantiza escapar de la pobreza, y eso supone una amenaza silenciosa para la cohesión social.