El informe del CNI redactado por el general Félix Sanz Roldán apunta que Marruecos lleva décadas controlando el Islam en España a través de la Federación Española de Entidades Religiosas Musulmanas(FEERI). Esta es la organización matriz que media entre todas las organizaciones islámicas en España, principalmente la UCIDE y la CIE.
El reino alauí canaliza gran parte de sus ayudas a través de la Agrupación de Mezquitas de España, con sede en Fuenlabrada, Madrid. Gracias a la Agrupación, el gobierno marroquí pagó en 2017 1,4 millones de euros para sufragar los gastos de varias mezquitas y asociaciones islámicas en Madrid y Cataluña, según afirmó el ministro de Asuntos Islámicos Ahmed Tawfiq. El ministro asegura que el objetivo de financiar estas comunidades es para expandir el islam marroquí, de un tinte menos radical, pero que acepta a Mohammed VI como emir de los musulmanes. Aún así, Tawfiq asegura que no hay intereses políticos detrás.
Esta reinterpretación del islam aparentemente más suave es una estrategia del régimen marroquí para mantener a sus aliados occidentales. Pero esto no quita que, gracias a esta nueva fórmula, marruecos ha conseguido que en Francia, Ceuta y Melilla, se le ceda el control de las mezquitas con el argumento de la lucha contra el terrorismo y el islam radical. Esto implica que Marruecos puede mandar a sus propios imanes, y decirles qué mensaje deben transmitir durante los sermones.
Debemos tener en cuenta que una mezquita en su funcionamiento tiene que alquilar los servicios de un imán, lo que normalmente supone un gasto de 1500-2000 euros al mes. Ante esta tesitura, la posibilidad de tener un predicador de manera completamente gratuita es un reclamo importante para las comunidades de musulmanes, y un incremento en la influencia política de Marruecos. Durante el mes de ramadán, Marruecos envía 45 imanes sólo a España y 400 al resto de Europa. Es importante recalcar que para ser imán no hace falta obtener ningún tipo de titulación y basta con tener alguna entidad que respalde tu conocimiento.
En España, el 80% de los musulmanes son marroquíes, por lo que es evidente por qué Marruecos está haciendo tanto hincapié en hegemonizar la estructura islámica en España.
Pero Marruecos no es el único país u organización que quiere influenciar el islam en España. Dentro de las principales organizaciones islámicas como la UCIDE, la CIE o la FEERI, han pasado varios secretarios y presidente bastante polémicos como Aiman Adlib, que está siendo investigado por la Audiencia Nacional, por vinculación con al Qaeda en Siria; o Ria Tatary, que tiene relación con los Hermanos Musulmanes, siendo estos los mecenas mayoritarios de las mezquitas de la UCIDE.
Al igual que Marruecos promueve el islam marroquí como manera de influenciar sobre sus ciudadanos, Arabia Saudí promueve el wahabismo, una corriente que apoya la implantación de la ley sharía y una interpretación rigorista del Corán. Arabia Saudí, al igual que Marruecos, invierte millones en transmitir su ideología a través de institutos de formación o asociaciones caritativas. Pero, sin lugar a dudas, sus mayores inversiones van destinadas a subvenciones a comunidades islámicas y a la construcción de mezquitas como la de la M-30, que costó 12 millones, la de Fuengirola, la de Gibraltar, la de málaga y muchas otras.
De un tiempo a esta parte las «petrodictaduras» han empezado a financiar una organización que se ha extendido por todo occidente: el Tabligh. Son vistos como una especie de Testigos de Jehová del Islam. Pretenden unificar a la comunidad musulmana bajo un estilo de vida basado en las enseñanzas del profeta Mahoma. Al igual que los Testigos van puerta a puerta predicando, y vigilando que los musulmanes por la calle cumplan la ley sharía.
A diferencia de otros grupos, no tienen mezquitas en propiedad sino que se apoyan en una red de 500 mezquitas que les ofrecen agua, comida y alojamiento. La mayoría de sus miembros son de origen pakistaní o de la Península Arábiga, y tienen un gran respaldo de las dictaduras del golfo.
Los líderes islámicos en España alegan constantemente que la radicalización de sus comunidades se debe a la falta de financiación que tienen las mezquitas, que al final acaban supeditándose a organizaciones terroristas o gobiernos extranjeros. La realidad es que el gobierno, tanto el del PP como el del PSOE, han donado cantidades millonarias a estas organizaciones, ya sea directamente o a través de ONG y asociaciones. Concretamente, desde 2020 se han donado más de 1,5 millones a organizaciones islamistas.
El PP de Ceuta ha donado 290.000 y el PSOE, 1.280.260, la mayoría a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia. Una parte importante de estas ayudas va destinada a la atención al culto en centros penitenciarios y al fortalecimiento institucional. El convenio con las comunidades islámicas en las prisiones lleva vigente desde 2013, promovido por el Ministerio del Interior, con tal de sufragar el desplazamientos de los imanes y el gasto material de coranes y mantas de rezo.
Aparte de las ayudas directas, las mezquitas no pagan el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), ni el impuesto de actividades económicas, por lo que muchas veces se aprovecha el local para realizar otras actividades económicas.