Recientemente, la Organización sin animo de lucro de apoyo y defensa a la infancia, Save the Children, ha publicado su estudio “Cuentas que no salen”. Informe en el que se analiza la relación entre empleo y pobreza. Especialmente entre familias con hijos. Para su elaboración se usan fuentes oficiales como la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) de la Seguridad Social. También hay información cualitativa procedente entrevistas a familias que participan en los programas que la ONG desarrolla en España.
Este informe refleja una dura realidad, la de las familias que pese a tener un empleo, sufren la pobreza o están en riesgo de padecerla. Tradicionalmente, la pobreza se ligaba a la falta de empleo. Obtener una fuente de ingresos podía suponer la salida de una situación de necesidad. Save The Children muestra cómo ha cambiado la situación en España. Tener un empleo no garantiza el acceso a lo básico para vivir.
Los ingresos obtenidos por el trabajo no permiten cubrir las necesidades básicas. A esta situación se la denomina “pobreza laboral”, y afecta al 11,7% de los trabajadores en España. El estudio compara el dato con 2008 (año demuna de las mayores crisis económicas desde la crisis del 29) y la situación no ha evolucionado . En ese momento la tasa era del 11.6%. No se ha producido ninguna mejora, pese a que supuestamente la economía va mejor.
El riesgo de pobreza se calcula a través del ingreso mediano (estadístico preferido a la media, que puede distorsionar por pocos salarios muy elevados). En España en 2023 era de 19.307,33 euros al año. Salarios por debajo del 60% de esta cifra se considera que están en el umbral de la pobreza; luego se aplican coeficientes según el número de miembros por hogar, diferenciando adultos y menores.
Los más afectados son hombres (generalmente hay más hombres trabajando), con nivel primario de estudios, y de nacionalidad extracomunitaria. En este colectivo la pobreza laboral llega al 41%. También hay variabilidad según el tipo de actividad. Entre los autónomos la tasa de pobreza laboral llega al 29%, en las profesiones agrícolas y ganaderas al 39%. Desgraciadamente ni el colectivo mas formado se libra, ya que entre los profesionales científicos e intelectuales la tasa se sitúa en un 3,3%.
Save the Children, por su carácter de apoyo a los niños, pone especial detalle en cómo afecta esta situación a los hogares con hijos. Las familias con niños son las mas afectadas por la pobreza laboral; dentro de los hogares con niños cuyos padres trabajan, un 17% está en situación de pobreza, lo que se eleva al 36% en familias numerosas con dos adultos. También afecta gravemente a los hogares monoparentales, en los que un 32% de estos hogares sufren pobreza laboral.
Hay grandes diferencias según las comunidades autónomas. La situación mas grave se produce en Andalucía y Extremadura, 7 puntos por encima de la media del país. La media de España es que en uno de cada cuatro hogares con niños y padres trabajadores, no se pueden cubrir las necesidades básicas. En Galicia tienen la menor tasa, un 8,2%.
Es importante analizar cuales son los desencadenantes de la pobreza laboral. Entender qué dinámicas hay detrás de que, pese a que se trabaje, no se consiga salir de una situación de pobreza. Una de las principales razones, son los trabajos a tiempo parcial y la inestabilidad laboral. Pero incluso entre los trabajadores a jornada completa, no está garantizado superar el umbral de riesgo de pobreza, debida a los bajos salarios
Entre las mujeres, la parcialidad y la precariedad es más acusada. Según el INE, el 74% de los empleos a tiempo parcial los ocupan mujeres. El principal motivo para elegir estos trabajos es compatibilizarlo con los cuidados a menores o ancianos de la familia.
Además de lo grave que es para un país toda la situación , es un lastre para la natalidad. Es España uno de los países con una tasa mas baja de Europa en natalidad. Y evidentemente es un freno al deseo de ser padres el temor a no poder sostener económicamente una familia. Según este estudio, el coste medio de crianza por niño y año se estima en 9.096 euros.
Como posibles soluciones, se plantean iniciativas que han tenido éxito en otros países y que España para mejorar un problema de tal gravedad. Estas medidas incluyen mejora de la calidad del empleo y las posibilidades de incorporarse al mismo (formación para el empleo o agilizar la convalidación de títulos extranjeros), facilitar la conciliación, compensación parcial a la reducción de horario para cuidado de hijos, servicios municipales de cuidado profesional de niños gratuito (como el modelo de cuidado de ancianos), deducciones fiscales por gastos de cuidado de niños, mejoras de permisos parentales . Y todo, extensible a los autónomos.
También plantea mejoras de medidas ya existentes como el IMV (Ingreso Mínimo Vital). Según ciertas fuentes, un 56% de los hogares potencialmente beneficiarios, no lo reciben por requisitos administrativos, falta de información o por lo complejo de la solicitud
Un reto necesario tanto en mejora como en implementación de nuevas medidas si se quiere acabar con la lacra de no conseguir mejorar la situación económica y salir del riesgo de pobreza pese a ser trabajador