También se ha incrementado con respecto a otros años la “migración regular “ con un total de 300.000 solicitudes de residencia, lo que hace que en 2024 en España haya un total de 3.092.590 personas con autorización de residencia en vigor.
El año 2024 ha supuesto un crecimiento del 14% respecto a 2023 en inmigración irregular. Los datos son similares a los de 2018, año en se registraron las cifras mas altas de los que se tiene registro (64.298).
La forma de llegada a España de estos inmigrantes es en su mayoría la vía marítima (96%). Las llegadas se concentran en la denominada “ruta atlántica” . Esto supone que en lo que en 2024, 43.737 personas han llegado de manera ilegal a las Islas Canarias. Una cantidad difícil de absorber entre las 7 islas del archipiélago, lo que ha provocado encendidos debates sobre su reparto y reubicación entre el
Según datos de Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas), hasta noviembre de 2024 la entrada irregular en la Unión Europea se redujo un 40%, situándose en un total de 220.700 por todas las posibles vías de entrada. Esto significa que casi 1 de cada 3 inmigrantes ilegales en Europa entra por España.
Los países del área mediterránea siguen siendo la principal puerta de entrada para la inmigración ilegal en Europa, con cuatro rutas principales. La ruta mediterránea occidental —que incluye la costa mediterránea española, Baleares, Ceuta y Melilla— ha visto una reducción del 19% en las entradas. La ruta mediterránea central, que afecta a Italia y Malta, ha experimentado la mayor caída, con un 69% menos de inmigrantes irregulares. Por el contrario, la ruta mediterránea oriental, que conecta Grecia y Turquía, ha crecido un 18%.
La ruta que más ha aumentado respecto a 2023 es la ruta atlántica occidental, con un crecimiento del 20%. Esta vía, que llega a Canarias, se ha convertido en una de las más utilizadas por las mafias criminales, intensificando sus operaciones en los últimos años. Estas organizaciones transportan migrantes en condiciones cada vez más precarias y en embarcaciones sobrecargadas, lo que ha contribuido al aumento de víctimas en el trayecto.
Italia ha reducido significativamente el número de entradas ilegales en sus costas en 2024. Durante el primer trimestre, las llegadas irregulares se redujeron en un 60%, lo que se atribuye a políticas más restrictivas y de control impulsadas por Giorgia Meloni. Frontex destaca además el papel del mayor control preventivo ejercido por las autoridades tunecinas y libias sobre los traficantes de personas y redes de inmigración ilegal. Esta cooperación no se está produciendo con la misma eficacia en los países de salida de la ruta atlántica, lo que explica el incremento de llegadas a las Islas Canarias.
Las cifras de entrada irregular a través de Grecia no han disminuido de manera significativa, aunque el gobierno ha comenzado a implementar medidas que se reforzarán en 2025. Entre estas acciones destaca el aumento de la vigilancia fronteriza y una mayor cooperación con Frontex. Además, se han establecido centros de recepción y asilo en islas del Egeo, donde se determina si los migrantes tienen derecho a asilo. Desde estos centros, los migrantes son trasladados a Grecia continental o devueltos a sus países de origen.
El gobierno heleno también ha iniciado conversaciones con la Unión Europea en busca de un mayor apoyo, con el objetivo de lograr una gestión más coordinada y eficiente de los flujos migratorios. Como parte de esta estrategia, se ha centralizado el mando, designando al ministro de Migración y Asilo, Nikos Panayotópulos, como el único responsable en materia migratoria. Esta centralización podría hacer la gestión más eficaz en comparación con el modelo español, donde las competencias y responsabilidades en migración están repartidas entre varios ministerios y administraciones.
El drama migratorio no parece dar tregua en 2025, ya que en los dos primeros días del año, 276 migrantes irregulares habían llegado a Canarias.
La evolución de las políticas migratorias en Italia y Grecia, con un enfoque más restrictivo y coordinado, dificultará aún más la entrada ilegal a través de las rutas mediterráneas. Esto podría traducirse en un desplazamiento del flujo migratorio hacia España, que, de mantenerse en su actual política, se convertiría en la opción más accesible para los migrantes. Como resultado, es previsible que las cifras de crecimiento migratorio hacia España continúen aumentando en los próximos años, consolidando al país como uno de los principales destinos de la inmigración irregular en Europa.