Lanzarote, 2 de agosto de 2025 —
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aterrizado este sábado en la isla de Lanzarote acompañado de su esposa, Begoña Gómez, para disfrutar de 23 días de vacaciones en la exclusiva residencia oficial de La Mareta, en Costa Teguise. Todo ello, mientras España sufre una crisis institucional sin precedentes, escándalos judiciales que salpican a su entorno personal y político, y una creciente desafección ciudadana por el rumbo del país.
La estancia, que se prolongará hasta el 25 de agosto, ha obligado a reforzar la seguridad en torno al recinto con un dispositivo especial de la Guardia Civil financiado con fondos públicos. Según fuentes locales, se ha blindado la zona con un despliegue poco habitual, a pesar de tratarse de una residencia oficial. No se descarta la visita de cargos políticos afines, como el expresidente Zapatero o el presidente catalán Salvador Illa, lo que convierte el “retiro veraniego” en una posible plataforma de coordinación política en la sombra.
El uso de La Mareta, un palacete de 30.000 metros cuadrados cedido a Patrimonio Nacional, vuelve a abrir el debate sobre el lujo de las vacaciones del presidente y la falta de ejemplaridad en un momento en el que miles de familias españolas enfrentan dificultades por la inflación, la subida de tipos y el colapso de los servicios públicos.
La imagen de un presidente refugiado bajo el sol canario, mientras su esposa sigue bajo el foco mediático por su vinculación con escándalos de tráfico de influencias y universidades privadas, resulta difícil de digerir para una ciudadanía cada vez más escéptica ante la transparencia y ética del Gobierno.