Viajes de lujo, hoteles de cinco estrellas y silencio cómplice: estalla la doble moral en el partido de Sheinbaum
Mientras millones de mexicanos luchan por llegar a fin de mes y el Gobierno repite como mantra la “austeridad republicana”, altos cargos de Morena disfrutan del poder con una ostentación cada vez más descarada. Viajes a Tokio, cenas en restaurantes exclusivos en Lisboa o estancias en hoteles de lujo en Madrid forman parte del nuevo estilo de vida de quienes, hasta hace poco, decían representar al “pueblo”.
Entre los protagonistas del escándalo aparecen nombres de peso:
- Ricardo Monreal, dirigente clave del oficialismo, captado en lujosos establecimientos madrileños.
- Mario Delgado, secretario de Educación, comiendo en locales reservados a la élite lisboeta.
- Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente AMLO y actual secretario de Organización de Morena, disfrutando del verano japonés en un hotel cinco estrellas.
Las imágenes filtradas han provocado una crisis interna sin precedentes en el partido de Claudia Sheinbaum, quien ha intentado contener el daño con declaraciones genéricas sobre “humildad en el ejercicio del poder”, pero sin exigir responsabilidades concretas a ninguno de los implicados.
La dirigente Luisa María Alcalde ha ido un paso más allá al reconocer que, si Morena cae en los vicios del pasado, “no le queda alternativa a este país”. Pero el mensaje llega tarde y sin consecuencias. La indignación ciudadana crece, mientras la narrativa de la “transformación” pierde credibilidad.
La incoherencia entre el discurso oficial y la vida privada de sus dirigentes no es una anécdota, sino el síntoma de una casta política que ha dejado de temer el juicio del pueblo. El mismo partido que durante años prometió gobernar con ética y sencillez, hoy ampara privilegios, derroches y silencios culpables.
El Consejo Nacional de Morena, ante el escándalo, ha aprobado nuevas reglas internas que prohíben los lujos, pero solo a partir de 2027. Una maniobra que no repara el daño ni castiga la desvergüenza, sino que simplemente aplaza el problema hasta que se olvide.
Morena llegó al poder denunciando la corrupción, los viajes de lujo y los privilegios de los de siempre. Hoy, los suyos vuelan en primera clase, duermen en suites de diseño y se fotografían como turistas VIP mientras el país espera justicia y coherencia.
