11 de agosto de 2025

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Crece un 1200% los ingresos por depresión en adolescentes ante una Sanidad desbordada

Crece un 1200% los ingresos por depresión en adolescentes ante una Sanidad desbordada
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Un informe publicado recientemente por la UNIR (Universidad Internacional de la Rioja), muestra que las hospitalizaciones de jóvenes de entre 11 y 18 años, crecen un 1200% en los últimos 20 años un 1200%.

La tendencia es general, ya que los ingresos por motivos de salud mental (no solo depresión) llevan años incrementándose. Según los datos del Registro Nacional de Altas Hospitalarias, desde el año 2000 se han producido 9.800 ingresos en el grupo de edad de 11 a 18, debidos a salud mental y depresión.

Es muy destacable además que el 75% de estos ingresos fueron mujeres. Siendo la edad media de la hospitalización en ambos géneros, los  16 años. En los años de análisis los ingresos por trastornos mentales entre niños y adolescentes supusieron el 6% del total de ingresos hospitalarios. Las principales causas de ingreso son trastornos por consumo de sustancias (40%) trastornos de la alimentación (15%), Ansiedad (13%), TDAH (9%), Depresión mayor (8%), Esquizofrenia / psicosis (6%), TEA (autismo) (6%), Trastornos del sueño (3%),multiplicándose por 4.

Por contextualizar, el problema de la salud mental tiene un alto y creciente impacto en el conjunto de la población.  El último Informe Anual del Sistema Salud 2023, publicado por el Ministerio de Sanidad, indica que el 34% de la población padece algún problema de salud mental. Hay mayor incidencia entre mujeres, aunque desde 2016 crece más rápidamente entre los hombres. A nivel total población, los problemas más frecuentes son los trastornos de ansiedad (10,6 % de la población), los trastornos del sueño (8.2%) y de los trastornos depresivos (4,8%).

El barómetro Sanitario del CIS también aporta información relevante. Con el conocemos la dimensión del problema al margen de los ingresos hospitalarios. Según la última versión publicada en Abril de 2025, un 21% de la población española ha consultado a un profesional sanitario por temas relacionados con salud mental en el último año. La cifra llega hasta el 28% entre los jóvenes de 18 a 24 años. Un 52% de los afectados por temas de salud mental ha sido o está tratado en la salud pública (es el 62% en el conjunto de enfermedades), un 11% lo ha hecho con un seguro privado de salud y el 30% ha tenido que asistir a un profesional fuera del seguro.

Entre los jóvenes (18-24) solo un 31% pudo tratarse en la sanidad pública.  Pero estos datos además deben ser matizados. Ya que no todos los tratamientos o consultas han sido llevados a cabo por especialistas, puesto que de todas las personas con problemas de salud mental, solo el 56% fue visto por un especialista (psiquiatra o psicólogo). El porcentaje atendido por el especialista médico, psiquiatra, es además la menor parte.

La realidad es poco aulagueña para las personas que necesitan asistencia mental. La media desde que se pide consulta hasta que se obtiene, es de 77 días en la Sanidad Pública; en el caso de los jóvenes se alarga a 103 . Lo cual es muy grave, pues todos los expertos enfatizan la importancia de la detección temprana de los problemas mentales. La atención rápida es clave para evitar males mayores e ingresos hospitalarios.

Como hecho positivo, todos aquellos que fueron tratados en la Sanidad pública por un especialista, muestran alto nivel de satisfacción. Esto contrasta con otro dato:  un 36% considera que su problema relativo a salud mental ha mejorado poco o nada con las consultas de la Seguridad Social. Los expertos y el estudio de UNIR recalcan la necesidad de políticas de salud mental. La dotación actual es muy escasa. En el sistema de salud publica solo hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, y en el servicio de atención primaria atendido por enfermeros y enfermeras solo un 0.5% son especializados en salud mental.

En los últimos años se ha puesto especial énfasis a los adolescente. La clave es priorizar la prevención y la detección temprana de la depresión. Pero ello requiere de recursos especializados y de profesionales en salud mental infanto-juvenil. Otro problema es la falta de diagnostico apropiado o una intervención demasiado tardía; ello hará que existan consecuencias en la edad adulta, que los tratamientos no sean eficaces, y la prolongación de la enfermedad. Generalmente el ingreso en hospital por depresión se produce cuando ya las consecuencias son muy graves o evidentes, con autolesiones, la ideación o intento de suicidio.

La confederación de Salud Mental Española, ofrece un dato demoledor. En el año 2023, el 32% de los jóvenes entre 18 y 24 años indicaron que habían ideado o intentado suicidarse alguna vez. Esto supone un 14% de la población.

La solución a este problema creciente requiere de un esfuerzo y un enfoque mas amplio que el mero tratamiento médico.   Requiere de profundizar en las razones que llevan a los adolescentes a caer en depresión que no son claras. Y precisa además de una mayor concienciación y entendimiento de este problema en el conjunto de la sociedad y sobre todo en los entornos familiares.  Es prioritario el fortalecimiento de la detección temprana en las escuelas y que se garantice una intervención oportuna con el fin de mitigar la creciente carga de trastornos de salud mental en jóvenes.

El más reciente informe de la Confederación de Salud Mental de España plantea otra serie de críticas añadidas. Por ejemplo, cómo se afronta el problema en nuestro país. Especialmente entre jóvenes.  Denuncia practicas como la sobre medicación. Según el informe de 202, un 19% de la población toma ansiolíticos, depresivos o similares.  Y entre las personas en tratamiento por problemas mentales, a un 57% se le prescriben fármacos. En el caso de los jóvenes, es especialmente grave  la falta de confianza en el sistema educativo para ayudar en estos temas. Faltan, según el informe, expertos e instituciones, una red especifica de tratamiento para menores.

La buena noticia es que la salud mental cada vez resulta menos ser un tabú para la sociedad. Aunque se percibe como un problema creciente, solo un 12% cree que consultar a un experto es un síntoma de debilidad o un 14% que lo considera algo inútil o innecesario.

La escasez de profesionales en la sanidad pública y la lista de espera, hacen que sea en la mayoría de ocasiones inviable. Sin embargo, para un 57% de la población, recurrir a estos profesionales de manera privada es inviable económicamente. De una manera generalizada se cree que desde las instituciones publicas se dedican pocos recursos.

Tanto la opinión pública como los datos urgen a revisar las políticas de salud mental para frenar el crecimiento de este problema sanitario y social.  Aunque como también indica este informe hay una alto grado de acuerdo con que una de las principales razones para el crecimiento de los problemas de salud mental son las dificultades económicas (se cita por un 91%) y la incertidumbre (89%), por lo que también es necesario profundizar en ese tema como parte de la solución.