La paradoja presupuestaria del Ejecutivo vuelve a encender la polémica en plena ola de incendios forestales. Según el Plan Estratégico de Subvenciones 2024-2026 del Ministerio de Cultura, el Gobierno ha reservado más de 321 millones de euros para el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), lo que representa el 81 % del total de las ayudas culturales previstas.
Mientras tanto, en el capítulo de medios para la lucha contra los incendios —una emergencia que asola cada verano a miles de hectáreas en España— no aparece ni un solo euro destinado a la compra de nuevos hidroaviones. Una carencia que resulta aún más sangrante cuando comunidades enteras padecen la devastación del fuego y reclaman mayores recursos aéreos para atajar las llamas.
El Ejecutivo defiende que la flota estatal de extinción de incendios cuenta con 56 aeronaves disponibles y que el presupuesto para esta campaña se ha elevado un 29 % respecto al año pasado, alcanzando los 109 millones de euros. Sin embargo, la ausencia de inversiones específicas en nuevos hidroaviones ha abierto una brecha política: el PP acusa al Gobierno de reducir medios aéreos por la falta de presupuestos, mientras desde Moncloa lo niegan y aseguran que las cifras reales son superiores.
La comparación con el gasto en subvenciones cinematográficas ha puesto el foco en las prioridades del Gobierno. En un país que pierde cada año decenas de miles de hectáreas a causa de los incendios, la falta de inversión directa en medios aéreos contrasta con la generosa financiación al sector audiovisual.
El debate, más allá de cifras y reproches, apunta a una cuestión de fondo: ¿qué lugar ocupa la protección del territorio y de la población frente a intereses culturales o electorales?.