El presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez Castejón, pasará a la historia por muchas cosas. Pero entre ellas, destacará su capacidad para el cambio de opinión.
Rectificar es de sabios, sí; pero las continuas incoherencias entre sus palabras y sus hechos podrían ser tildadas —quizá por mentes perversas y fascistas— de mentiras. No vamos a entrar en valoraciones políticas ni morales. Solo vamos a exponer algunos de los cambios de opinión de nuestro presidente. Entrará en el ámbito personal de cada lector juzgarlos.
- “Sólo subiré los impuestos a los ricos”. Pedro Sánchez reiteró en numerosas ocasiones que no subiría los impuestos a la clase media. Su lema era que los ajustes fiscales se centrarían “exclusivamente en los ricos”.
Según palabras del propio presidente en 2019: “Vamos a pedir un mayor esfuerzo a los que más tienen, no a las clases medias trabajadoras”. Poca duda dejaban sus palabras.
Lo que ocurrió realmente fue distinto: las clases medias sí soportaron más presión fiscal. El aumento de impuestos indirectos, los tramos del IRPF en CCAA gobernadas por el PSOE, las nuevas cuotas de autónomos o los impuestos especiales… son solo algunas de las subidas que los españoles de clase media deben al Gobierno de Sánchez.
- Una de las frases más recordadas de Sánchez —junto a “son las cinco y no he comido”— es su rotundo “Con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo repito cinco o veinte veces” (entrevista electoral, 2019).
La realidad llevó a Pedro Sánchez por un camino muy diferente. Quizá sus palabras eran solo electorales; quizá cambió de opinión después. Lo cierto es que Bildu apoyó su investidura en 2020. Y votó a favor de los Presupuestos Generales. Y respaldó decretos clave del Gobierno.
En otras palabras: no solo pactó con aquellos a quienes negó cinco veces, sino que sin Bildu no habría habido legislatura.
- “No pactaré con los independentistas”. Volvemos a 2019. Quizá, para Sánchez, lo que se dice en campaña se queda en campaña. Afirmó: “No pactaré con independentistas ni permitiré que condicionen el Gobierno.”
La realidad fue otra. El PSOE pactó la investidura con ERC en 2020. Y posteriormente con Junts (Puigdemont) en 2023. De “no pactaré con independentistas”, pasamos a un Gobierno que numéricamente depende del independentismo.
- Pedro Sánchez fue categórico: “Puigdemont debe ser juzgado y traerlo a España para que rinda cuentas.”
Lo que ocurrió no fue eso. Su investidura de 2023 dependió del acuerdo con Junts.
De la frase “con Puigdemont no negociaré; debe ser entregado a la Justicia”, tampoco hubo que hacer mucho caso. El equipo de Sánchez negoció directamente con Junts en Bruselas y pactó allí su investidura.
- Otro punto que parecía inamovible. En julio de 2023 Sánchez declaró: “La amnistía es inconstitucional, no cabe en nuestro ordenamiento.”
Nueve semanas después, consideró que sí cabía. Y presentó la Ley de Amnistía más amplia desde 1977. La razón: la amnistía para los implicados del procés fue condición para su investidura. No cambió la Constitución: cambió Sánchez de opinión. Otra vez.
- Sánchez calificó la autodeterminación catalana como algo “inaceptable, ilegal e imposible”.
Pero, con sus antecedentes, a pocos extrañó que lo ilegal, imposible e inaceptable pasase a ser negociado. Porque aceptó debatir en la mesa bilateral puntos planteados por ERC como el “reconocimiento nacional” y la consulta a los catalanes.
Del “Un referéndum de independencia no cabe en la Constitución ni lo habrá”, pasamos a la Mesa de Diálogo con Cataluña. Y a frases como: “Si los catalanes se ponen de acuerdo, yo lo asumiré.”
- Sánchez aseguró: “Nunca indultaré a los líderes del procés”. Pero 2021 no fue nunca. Los indultó.
Y eliminó el delito de sedición del Código Penal, para siempre, y para generaciones futuras de sedicionistas.
- Lo que le quitaba el sueño… luego no. En 2019 Sánchez aseguró que no podría dormir tranquilo con Pablo Iglesias en el Gobierno. Pocos meses después, Iglesias era vicepresidente de España. Quizá cambió de opinión, quizá cambió de pastillas para dormir, pero lo cierto es que formó el primer Gobierno de coalición de la historia democrática junto a Podemos.
Y de no poder dormir con Iglesias de vicepresidente o controlando el CNI, pasamos a un Ejecutivo en el que Iglesias fue vicepresidente y su partido controló ministerios clave.
Lo que era imposible pasó a ser la realidad de España entre 2020 y 2023.
- También Pedro Sánchez prometió una Justicia independiente y aseguró que no permitiría que el Consejo General del Poder Judicial siguiese bloqueado.
En 2025, el CGPJ está bloqueado. Y, además, el Gobierno ha impulsado reformas que aumentan el control político sobre él. Su compromiso de “regeneración democrática” chocó con críticas de la UE por intentar politizar aún más el órgano.
- Lo dijo: sería austero y transparente. La austeridad es relativa: quizá el uso del Falcon para conciertos y viajes privados también lo es. Quizá la opacidad en expedientes de Moncloa sea imprescindible.
- “No permitiré aumentos del gasto político”. Promesa de 2018.
La realidad: España tiene hoy el Gobierno con más ministros desde 1978. Con más asesores, más altos cargos y más personal de confianza. Los costes de La Moncloa han aumentado de forma constante desde la llegada de Sánchez.
- Sánchez insistió en 2018 en que el decreto ley debía utilizarse solo para emergencias. Pero su Gobierno ha sido uno de los que más decretos-ley ha aprobado en la historia democrática.
- Lo dijo repetidamente: “No adelantaré elecciones”. A las doce horas de las elecciones municipales de 2023, anunció adelanto electoral.
- “Derogaré la reforma laboral”. En campaña prometió que “completamente”. Después afirmó: “No prometí derogar la reforma laboral; fue un eslogan.” Los hechos hablan: no la derogó. Las promesas electorales son eso, promesas.
Y gobernó con mayor dependencia de minorías separatistas que ninguna legislatura previa.
- También se cambia de opinión en política internacional. Porque el Sánchez de hace unos años no iba a dejar que Marruecos condicionase nuestra política. (“No permitiré que Marruecos condicione nuestra política exterior”.)0
Pero reconoció el plan marroquí sobre el Sáhara Occidental, rompiendo una posición española de 40 años. Y lo hizo sin informar al Parlamento.
¿Quién va a negar que rectificar es de sabios?
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https://www.newtral.es/newtral-hemeroteca-pedro-sanchez-pactos-bildu/20201112/
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https://maldita.es/malditateexplica/20231229/cronologia-relacion-bildu-psoe/
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https://www.vozpopuli.com/espana/sanchez-subir-impuestos-perdes-votos.html
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https://es.ara.cat/politica/pedro-sanchez-decia-no-tenia-sentido-politico-indultara_1_4022463.html
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https://es.ara.cat/politica/pedro-sanchez-decia-no-tenia-sentido-politico-indultara_1_4022463.html
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https://www.eldebate.com/espana/20250309/todas-cesiones-sanchez-otorgado-separatistas_276901.html