Ā«A quienes estĆ©n irregulares en Chile, los vamos a echarĀ». La frase no es de un lĆder de la extrema derecha, sino del nuevo mirlo blanco de la izquierda latinoamericana, el presidente de Chile Gabriel Boric. Boric, que iniciĆ³ su mandato con 36 aƱos y, por lo tanto, es el segundo presidente mĆ”s joven en la historia del paĆs, representa el ascenso al poder de una generaciĆ³n que irrumpiĆ³ en la polĆtica en 2011, a raĆz de las manifestaciones estudiantiles que exigĆan educaciĆ³n gratuita y de calidad.
LogrĆ³ ganar las elecciones despuĆ©s del gran estallido social del 2019, aupado por las promesas de ruptura con los antiguos partidos del sistema chileno. Sin embargo, el gobierno de Boric ha tenido un desgaste vertiginoso, confirmado en un sonoro varapalo electoral cuando su nuevo proyecto de constituciĆ³n para el paĆs fue rechazado por un 62% de la poblaciĆ³n, el pasado aƱo 2022.
Boric ha endurecido el mensaje antiinmigraciĆ³n, ya que la derecha ha conseguido vincular el nuevo redactado de la constituciĆ³n, que volverĆ” a votarse el prĆ³ximo 17 de diciembre, con la preocupaciĆ³n por la delincuencia y la inmigraciĆ³n tras una serie de sonados casos que han tenido a extranjeros como protagonistas: el ataque contra un policĆa utilizando una granada, el asesinato de un conductor de una aplicaciĆ³n de transporte en Santiago, o el tiroteo que acabĆ³ con un hombre acribillado en EstaciĆ³n Central.
Y asĆ, Boric ha tenido que claudicar, ordenando que se detenga y expulse en un perĆodo de cinco dĆas a aquellos inmigrantes irregulares que tengan Ć³rdenes de detenciĆ³n pendientes; algo que choca con la mentalidad de sus votantes, que no quieren escuchar nada que suene a recorte de derechos. AdemĆ”s, al presidente chileno se le ha abierto otro frente con el vecino PerĆŗ. La crisis migratoria tensĆ³ las relaciones diplomĆ”ticas entre los dos paĆses cuando, el pasado mes de abril, unos doscientos inmigrantes sin documentaciĆ³n, la mayorĆa venezolanos, trataron de cruzar desde la norteƱa ciudad chilena de Arica a la peruana de Tacna. Esto motivĆ³ que el Gobierno de Dina Boluarte decretase el estado de emergencia entre zonas fronterizas, traduciĆ©ndose en la restricciĆ³n del derecho constitucional del libre trĆ”nsito de lado de la frontera peruana.
La tensiĆ³n escalĆ³ cuando el alcalde de Tacna calificĆ³ de Ā«innombrableĀ» e Ā«irresponsableĀ» al presidente Gabriel Boric por su gestiĆ³n en torno a la migraciĆ³n, un debate tambiĆ©n muy sensible en el paĆs peruano. AllĆ, la propia presidenta Dina Boluarte no se ha cortado a la hora de manifestar que: Ā«quienes cometen a diario asaltos, robos y demĆ”s actos delincuenciales son extranjeros. Por eso es que tenemos que reformular la ley de extranjerĆa, ver este tema de la migraciĆ³nā, para ademĆ”s subrayar que Ā«por eso tenemos que hablar casi al unĆsono de migraciones e inseguridad ciudadanaĀ».
Mientras que en PerĆŗ las fuerzas armadas se han hecho cargo del control fronterizo, para impedir el acceso de mĆ”s inmigrantes de manera irregular, el gobierno de Boric no se plantea usarlas a pesar de la presiĆ³n que sufre el paĆs por pasos no habilitados. Hace unos meses, la ciudad de Iquique fue el escenario de una marcha antiinmigrante que acabĆ³ con la quema de colchones y otras pertenencias de venezolanos sin techo que habĆan entrado de manera irregular.
A Boric tambiĆ©n le llueven las crĆticas desde EspaƱa. Uno de sus principales mentores, el ex-vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, y quien dedicĆ³ a Boric un programa especial de su podcast cuando este ganĆ³ las elecciones chilenas, ha sido especialmente crĆtico con Ć©l . Iglesias, fundador de un partido que es ferviente defensor de las fronteras abiertas, dejĆ³ que fuese uno de sus colaboradores, el filĆ³logo Manu Levin, quien pronunciase las palabras mĆ”s duras contra el mandatario chileno y su gobierno, afirmando que: Ā«los discursos en los que intenta, de alguna manera, liderar una pulsiĆ³n policial y autoritaria frente al problema de la inseguridad y la criminalidad, hablando de emprender una cruzada contra la delincuencia, son una buena demostraciĆ³n de la derrota de la agenda del gobierno y de la izquierda chilena, asĆ como del triunfo de la agenda de la ultraderechaĀ».
Lo cierto es que en estos paĆses latinoamericanos, y tambiĆ©n europeos, los partidos de izquierda han empezado a hablar sin tapujos del problema que supone la inmigraciĆ³n masiva y descontrolada. En EspaƱa, ese debate ni estĆ” ni se le espera. Amparados en el lema de Ā«ningĆŗn ser humano es ilegalĀ», tanto el sistĆ©mico PSOE como la izquierda posmoderna que supone Podemos, y ahora Sumar, siguen mirando hacia otro lado, mientras las estadĆsticas de organismos oficiales poco sospechosos de simpatizar con el fascismo nos golpean en la cara una y otra vez. Tal es el caso de las publicadas por el Departamento de Justicia de la Generalitat, que indican que, actualmente, son 7.991 los presos en CataluƱa, de los cuales 3.987 son ciudadanos nacionales (el 49.89%), mientras que 4.004 (el 50.11%) son de origen extranjero, un hecho histĆ³rico y sin precedentes en la historia de nuestro paĆs.
AsĆ que con estos datos cabe preguntarse: ĀæEstĆ”n los partidos de izquierda espaƱoles a favor de que no haya fronteras y, por lo tanto, en contra de la soberanĆa nacional? ĀæQuĆ© connotaciones tendrĆa una inmigraciĆ³n sin lĆmites para proyectos como la sanidad y la educaciĆ³n pĆŗblicas universales para esas clases populares que tanto dicen defender? ĀæSerĆ”n capaces de mejorar unas condiciones de trabajo cada vez mĆ”s depauperadas por el exceso de mano de obra sin derechos, con una economĆa centrada en la construcciĆ³n y el turismo? ĀæPodrĆa la inmigraciĆ³n descontrolada disparar las estadĆsticas de delitos y ser la chispa de levantamientos populares, tal y como ha sucedido en Francia, Irlanda, o los propios PerĆŗ y Chile? Preguntas y respuestas que siguen en el limbo, mientras en otros paĆses parece que han empezado a responderlas.
Da gusto que alguien pueda hablar sin tapujos de este tema y sin pensar en lo polĆticamente cirrecto
Muchas gracias por su comentario. Seguiremos en ello.