Desde que el pasado día 5 el SEPE publicó los datos del paro de abril, la euforia se ha apoderado de los políticos. Se dan datos positivos con alegría, pero también tendiendo a confundir y, también, queriendo adueñarse de lo positivo del dato la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, eclipsando a quien quizá debería dársele el mérito, que sería el Ministerio de Trabajo de Yolanda Diaz. Luchas intestinas aparte, vamos a analizar en profundidad esta mejora en las cifras de desempleo de España según el informe del SEPE y datos del INE (EPA)
El número de desempleados registrados en abril es de 2.666.500, lo que supone una reducción de 60.503 personas desempleadas respecto a marzo (cae un 2,2%) y si se compara con abril de 2023 se ha reducido un 4,37%.
Son buenos datos, pero según la desestacionalización del SEPE la caída es de 27.748 empleos (la «desestacionalización» es un cálculo matemático habitual que se utiliza para reflejar la realidad del desempleo, para evitar los posibles efectos positivos o negativos que tiene el mes en que se hace la medición). En cualquier caso, la cifra de parados es la menor desde septiembre de 2008.
Con los nuevos empleados, la cifra de paro oficial para el primer trimestre de 2024 (DATOS EPA) es del 13%. La media de desempleo de la Unión Europea según Eurostat en marzo es del 6%. España es el país con peores cifras, de manera similar a Grecia que tiene una tasa de desempleo del 10%. Por contextualizar y poner algunos ejemplos vemos que Portugal tiene una tasa del 6%, Italia del 7%, Alemania del 3%, Francia del 7%, Polonia un 3% y Hungría un 4%. Nuestro país tiene que seguir con este crecimiento si quiere igualarse con sus socios comunitarios.
Del dato que más se está «sacando pecho» desde el Ministerio de Seguridad Social es que España ha superado por primera vez la barrera de los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social. Esto, evidentemente, es una buena noticia, pero también tiene mucho que ver con el problema de envejecimiento de población que afronta España. Si se considera que la edad de trabajar (teórica) está entre los 16 y los 65 años, hay que ver qué porcentaje de este grupo de edad representa en el conjunto de la población. En países «avejentados» en los que los menores de 16 años representan cada vez menos porcentaje de la población (como es el caso de España y su baja tasa de natalidad) el potencial de personas afiliadas a la Seguridad Social crecerá.
Hay que analizar si esta cifra histórica es debida a una situación real de buenos datos de empleo o de que estamos en un histórico de población en edad de trabajar. Por lo que es aconsejable consultar los datos de Tasa de actividad: que es el cociente entre el número total de ocupados y la población en edad de trabajar. Que en el T1 fue del 58.63%, que no es el máximo sino que fue superior en 2012 donde se consiguió un 60%.
Centrándonos en el dato de los nuevos empleos es importante ver que tipos de contratos y de qué sectores provienen, así como las edades y Comunidades autónomas han sido más favorecidas.
El 70% de los nuevos contratos corresponden al sector servicios. Lo que nos muestra lo dependiente de la economía española de este sector.
De los nuevos empleados, el 49% fue ocupado por mujeres y el 51% por hombres. Siendo el 27% de los nuevos trabajos ocupados por menores de 25 años y un 73% por mayores de 25 años. Del total de los nuevos empleos, el 60% fue generado en Andalucía, Madrid y Cataluña, repartiéndose el 40% restante (24. 201) entre el resto de Comunidades Autónomas, excepto en Canarias donde se reduce el número de empleos.
El número total de contratos registrados durante el mes de abril ha sido de 1.267.440. El 44,12% de todos los contratos son de carácter indefinido y el 55,8% temporales. Pero el «truco» es que del total de 559.254 contratos de carácter indefinido solo un 40% es a tiempo completo, y 1 de cada 3 empleos «indefinidos» en realidad es fijo discontinuo.
Es interesante analizar qué retos quedan por delante (tras conocerse los positivos datos de nuevos empleos, contratos y altas en la Seguridad Social del mes de abril) analizando cómo están las cifras actuales de desempleados y teniendo en cuenta no solo datos mensuales del SEPE, sino una visión más a largo plazo (trimestral) como la que ofrece la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.
En abril de 2024 hay un total de 2.874.795 demandantes de empleo (no ocupados). No se tiene en cuenta el total de demandas de empleo (que incluiría también a aquellas personas que están apuntadas como demandantes de mejora de empleo aunque ya disponen de trabajo). Esta cifra de prácticamente 3 millones son personas que no tienen empleo (y pueden o no tener ayudas de paro).
De estos 3 millones de desempleados el 60% son mujeres, pero el dato positivo es que el desempleo femenino en variación interanual ha caído 4.42 puntos, mientras que el masculino ha caído un 3.87.
Al igual que ha habido grandes diferencias por Comunidades Autónomas en la creación de empleo, el porcentaje de parados también es muy heterogéneo según regiones. Cantabria y Aragón son las dos Comunidades Autónomas con un menor desempleo (8%), seguidas de Madrid (9.2%) y Cataluña (9,5%). Pero hay Comunidades Autónomas como Extremadura y Andalucía que tienen un 17% de tasa de paro.
Las tasas de paro son muy distintas según el grupo de edad, destacando la dificultad de los jóvenes menores de 30 años para encontrar empleo. Centrándonos en el paro juvenil (menores de 25 años) las diferencias regionales son aún más acusadas. La cifra de desempleo media España es del 28%, que en Extremadura llega hasta el 45%, un 36% en Andalucía, un 33% en Castilla La Mancha, 32% en Castilla y León o el 31% de Murcia. Incluso en las regiones con más empleo, los jóvenes son especialmente castigados. En Madrid y el País Vasco es donde están los mejores datos de paro juvenil, y están en un 19%.
Esta misma fuente nos indica que, de los parados registrados en el primer trimestre de 2024, un 25% lleva más de 2 años buscando empleo. En algunas regiones como Canarias esta situación aún es más dramática, ya que un 37% de los parados lleva más de 2 años sin empleo.
También hay grandes diferencias entre la nacionalidad del parado. El paro entre personas de nacionalidad española es del 11% mientras que entre personas de nacionalidad extranjera es del 21%.
También se observa que en el conjunto de España el 26% de los parados tienen una educación de grado superior, pero que este porcentaje puede llegar a ser del 42% en Cantabria, el 40% en el País Vasco o el 36% en Madrid.
Los datos de este mes dan esperanza, pero no es momento de empezar hablar en términos de «mejora histórica» o «gran crecimiento», sino en ir más allá y pensar en cómo afrontar el problema de ser uno de los países europeos con mayor tasa de desempleo y con regiones especialmente castigadas, con un elevado porcentaje de parados de larga duración, en el que un elevado nivel de formación no garantiza empleo y cuyo crecimiento se basa en el sector servicios. Necesitamos muchos «abriles de buenas noticias» para resolver este grave problema.