Sobre las 21:15 horas del pasado 10 de junio, la Sala del 092 comisionó a una dotación de Grupo de Actuación Preventiva (GAP) a un establecimiento hotelero de la Playa de Palma tras recibir una llamada que alertaba de una agresión en el ámbito familiar.
El recepcionista del hotel indicó que el día anterior habían recibido numerosas quejas de otros huéspedes debido a los ruidos y molestias que generaba una pareja de turistas alemanes. Tras acudir a su habitación, fue recibido con actitud hostil por parte del hombre, un ciudadano alemán de 21 años, y su pareja, una mujer alemana de 18 años, que se encontraba llorando en aquel momento y negó la existencia de cualquier problema.
Alrededor de las 20:00 horas del día siguiente, un camarero del bar del hotel alertó sobre gritos y golpes provenientes de la habitación ocupada por la pareja de turistas alemanes. Ante la negativa de los huéspedes a permitir el acceso del personal del establecimiento y con la sospecha de que la mujer pudiera estar en riesgo debido a los altercados del día anterior, se tomó la decisión de utilizar la llave maestra para acceder a la habitación.
Al abrir la puerta, encontraron a la mujer en un evidente estado de nerviosismo y llorando. Al verlos, intentó acercarse a ellos, pero su pareja se lo impidió. Con la ayuda del personal del hotel, logró zafarse de su agresor y solicitaron la presencia de la policía. El hombre le había retenido su documentación personal y había arrojado su maleta y toda su ropa por la ventana de la habitación.
En vista de los hechos descritos, se procedió a la detención del autor, un individuo de 2 metros de altura que no presentó resistencia, por un presunto delito de coacciones y maltrato en el ámbito familiar. Para poder esposarlo, y dada su envergadura, fue necesario utilizar dos grilletes unidos entre sí.
La víctima declinó la posibilidad de denunciar a su pareja, aunque solicitó volver a su país a la mayor brevedad posible. Agentes de la Policía Local la acompañaron en todo momento hasta dejarla en la puerta de embarque de su vuelo.
El agresor pasó a disposición judicial, quedando en libertad con cargos. La víctima proporcionó datos personales de contacto con el compromiso de contactar con el juzgado encargado de las diligencias cuando le fuera requerido.