Varios hombres armados han llevado a cabo este domingo un ataque coordinado contra una sinagoga, dos iglesias ortodoxas y un puesto policial en las ciudades de Derbent y Majachkalá, en la república rusa de Daguestán, en el Cáucaso Norte.
Al menos 19 personas han sido asesinadas, entre ellas 15 agentes de policía y un sacerdote, identificado por Shamil Khadulaev, presidente de la Comisión de Vigilancia Pública de Daguestán, como el padre Nikolay: «Le cortaron el cuello. Tenía 66 años y estaba muy enfermo».
Además, las autoridades rusas, una vez finalizada la operación antiterrorista lanzada el domingo, han informado de la detención del alcalde del distrito de Sergokalinski, Magomed Omarov, tras conocerse la participación de dos de sus hijos y también uno de sus sobrinos. Todos ellos han sido eliminados por las fuerzas de seguridad de Majachkala.
Ningún grupo se ha atribuido aún la responsabilidad de los ataques.
El fanatismo, crueldad e imposición de la barbarie más ancestral, se lleva a la práctica en estos atentados, que son las chispas que nos deben alertar del peligro que supone el islam para Occidente.