Sobre las 1:30 horas del día 25 de agosto, una patrulla de la Unidad Nocturna (UNOC) se dirigió a una calle de la barriada de La Vileta para resolver una queja vecinal sobre ruidos y música alta.
Al llegar al lugar, en la vía pública, los policías se entrevistaron con un vecino que reconoció ser el causante de las molestias. Entonces, los agentes le solicitaron la documentación, a lo que respondió que la tenía en su casa, justo frente de donde estaban, y los tres fueron hacia el domicilio.
Cuando estaban en el rellano del domicilio y ya les había dado el documento nacional de identidad, el individuo empezó a insultar a los agentes con frases obscenas y desprecios. Ante esta actitud repentina, los agentes le dijeron que lo denunciarían por estas manifestaciones y le pidieron que les acompañara al coche patrulla, donde rellenarían las denuncias y le darían la copia correspondiente.
En aquel momento, el hombre entró en su casa y, después de cerrar la puerta, siguió con los insultos y desprecios alusivos a la condición de agentes de los actuantes. Para evitar un incremento de la tensión y dado que ya disponían de la identificación completa, los policías decidieron bajar hacia el coche patrulla y, al llegar, vieron que el parabrisas presentaba una fractura parcial parecida a la que produciría un impacto con un objeto contundente.
Un vecino les dijo que cuando ellos estaban en el edificio, la persona que subió con ellos había lanzado, desde el balcón, objetos que parecían piedras sobre el coche policial y que una de ellas había impactado en el parabrisas. Los agentes volvieron subir al domicilio del previamente identificado, que esta vez les abrió la puerta voluntariamente y salió al rellano. Entonces, le detuvieron por un presunto delito de daños intencionados.
Durante el traslado a las dependencias policiales, el detenido, español de 34 años, mantuvo la actitud insultante y golpeó el interior del vehículo policial en repetidas ocasiones. Dado que, cuando ya estaban en el edificio de Sant Ferran, solicitó atención médica, otra dotación le condujo en el hospital de Son Espases.
En el trayecto golpeó la mampara de seguridad, provocando algunos daños, y ya en el servicio de urgencias fue necesario asegurarlo de manos y pies para evitar que lesionara a otros o a sí mismo, todo ello con más insultos y amenazas de muerte hacia los agentes.
El detenido quedó ingresado y al regresar a la División de Policía Judicial, los agentes ampliaron la denuncia inicial, por lo cual el instructor del atestado añadió el delito de amenazas a agentes de la autoridad.