Sobre la autora
Beatriz Mesa es doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Grenoble (Francia), es profesora en la Universidad de Gaston Berger de Saint Louise (Senegal) y en la Universidad Internacional de Rabat (Marruecos). También es investigadora en el Laboratoire d’analyse des societés et pouvoirs/Afrique-Diasporas (LASPAD).
Su estudio se ha centrado en el narcotráfico del Sahel y cómo éste se halla presente en los conflictos y dinámicas que se desarrollan en la región. En esta línea de investigación ha publicado dos libros: La falsa Yihad y Los grupos armados del Sahel. Conflicto y economía criminal en el norte de Mali.
Resumen
La obra se centra en el norte de Mali, lugar donde se desarrolla hasta día de hoy un conflicto armado complejo que viene de lejos.
En este conflicto se enfrenta el gobierno maliense contra diversas fuerzas secesionistas tuareg que reclaman la independencia del Azawad y grupos armados yihadistas. Pero el libro da un enfoque economicista, situando en primer plano la economía criminal y cómo a través de justificaciones políticas y religiosas los distintos grupos armados desean controlar un territorio sobre el que desarrollar el narcotráfico, secuestros, tráfico humano y tráfico de armas, en vez de desarrollar la región. Otro aspecto que destaca y desarrolla el libro es como se desarrollan las dinámicas etnológicas y sobre todo las tribales entre los grupos árabes y tuareg.
El elemento que vertebra los intereses de todos estos grupos es ese control territorial para el desarrollo de la economía criminal, más allá de las posturas políticas independentistas o autonomistas tuareg que tuvieron sentido en el pasado, y del islamismo, que también está presente pero con particularidades propias.
La autora habla de acontecimientos históricos clave para entender el presente, tanto nacionales como internacionales. Sucesos como la caída de la U.R.S.S y de los países comunistas abrieron un vasto mercado internacional a las organizaciones criminales, el gran aumento del tráfico de drogas de Hispanoamérica a África Occidental vía aérea y marítima desde finales de la década de los noventa, y la guerra de Afganistán contra el gobierno socialista y la Unión Soviética, en la que se gestaron numerosos grupos armados islámicos que tratarían de exportar la yihad, como Al Qaeda. Eventos históricos más recientes que contribuyeron al tráfico de armas en la región fueron la Guerra Civil Argelina (1992-2002) y la Guerra Civil Libia (2011).
Con respecto a los secesionistas tuareg (que no son la totalidad) la escritora nos habla desde la resistencia colonial a los conflictos posteriores a la independencia de Mali contra el gobierno central. La motivación en origen es la marginalización del Azawad por las autoridades centrales herederas de las autoridades coloniales. Con el tiempo esa lucha que podría verse como de liberación nacional se transformó por el ansia de querer controlar un territorio para desarrollar una economía criminal.
En cuanto al islamismo, de la corriente salafista, el libro muestra una génesis diferente. Tras la guerra de Afganistán, muchos ex-combatientes volvieron a sus países de origen como Argelia, donde quisieron imponer un régimen islámico. Tras la derrota militar los islamistas huyeron al norte de Mali en busca de refugio, afianzándose en la región y constituyéndose como una fuerza que acabaría imponiéndose a los separatistas tuareg tras la Rebelión Tuareg de 2012. Diferentes organizaciones y escisiones se dan entre las filas islamistas, estando en la actualidad el JNIM (filial de Al Qaeda) y EIGSS (filial del Daesh). La autora habla de que la afiliación a grandes organizaciones terroristas servían para internacionalizarse a través de la yihad global. Ellos también participan en la economía criminal.
Sin embargo se resalta la regionalización, pues los grupos armados islámicos y separatistas se centran en el control del Azawad, el principal objetivo, a pesar de las afiliaciones antes mencionadas. Bajo su bandera también acuden combatientes de otros países como Argelia, Marruecos o Mauritania.
No deja de mencionar tampoco la participación del gobierno maliense, al menos en el periodo comprendido tratado por la escritora, involucrándose en redes corruptas y mafiosas de muchos de sus integrantes.
Comentario
Se ve un enfoque distinto y muy interesante al presentado habitualmente acerca del conflicto del norte de Mali. Los distintos grupos armados separatistas e islamistas presentan un discurso de cara al público que no se ajusta con los objetivos reales perseguidos. Se protesta por la marginalización y las duras condiciones del Azawad, pero en la realidad se observa que no existe una voluntad de mejorar la región y desarrollarla por su parte, solo existe el interés de desarrollar actividades criminales que generan beneficios destinados a la obtención de más poder militar.
El libro acierta al centrarse en la estructura económica, y en cómo condiciona el devenir social en el Azawad y en cómo ha alterado la vieja estructura tribal. El comercio tradicional ha sido sustituido por el tráfico de drogas y de armas, aunque también existe el contrabando de productos básicos. El yihadismo en el Sahel se financia entre otras cosas por medio del tráfico de drogas que se acaban consumiendo en Europa (especialmente la cocaína), el norte de Mali es uno de los principales lugares de paso del narcotráfico internacional que se sirve de narcoestados como Guinea-Bissau para introducir sustancias ilícitas desde América.
Pese a que en la obra se reconoce que el elemento del integrismo religioso tiene importancia se centra más en la economía criminal, sin embargo el actual epicentro del islamismo está en el Sahel, lugar donde más atentados se producen y donde los grupos armados yihadistas están expandiéndose. Aunque se pueda considerar un conflicto regional el hecho de que puedan consolidarse y extender la yihad es una realidad. Hay que ser más conscientes y sensibles a la estabilidad de una región que nos afecta enormemente, la existencia de un territorio desde donde entrenar terroristas es un hecho y nos acabará afectando más en el futuro. Los ataques cada vez salen más del marco saheliano y se producen en países como Togo y Benin, si no se dan más ataques a otros países es porque los gobiernos llegan a acuerdos con los terroristas como Mauritania.
Sí, la economía criminal es clave en el devenir de los actores de Mali y el Sahel, pero el factor religioso tiene importancia en la medida de que somos testigos de como se aplica la sharía, y de ataques indiscriminados a civiles que no tienen nada que ver con objetivos militares o económicos.
Información del libro
Título: Los grupos armados del Sahel. Conflicto y economía criminal en el norte de Mali.
Autor/es: Beatriz Mesa Editorial: Catarata, Casa África
Edición: Primera edición 2022
Número de páginas: 301
Víctor Cañas.