viernes, enero 3, 2025

Elecciones en Moldavia: geopolítica y pucherazo

Simultáneamente a las irregularidades electorales BlackRock inicia los preparativos para la compra de terrenos en Moldavia, 600 hectáreas de tierra. Previamente el Comisario europeo de Agricultura Janusz Wojciechowski apremió al gobierno moldavo a retirar la prohibición de la compra de tierras por parte de empresas extranjeras.

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El 20 de octubre se celebraron en Moldavia las elecciones presidenciales y el referéndum de adhesión a la Unión Europea. Esta cita electoral ha sido calificada como una elección entre Rusia y la UE-OTAN como socios preferentes. Desde la independencia del país en 1991 de la Unión Soviética han ido turnándose gobiernos cercanos a Rusia o a la Unión Europea. A día de hoy constituye una pieza importante del tablero geopolítico, debido también al territorio de Transnistria de mayoría eslava que es un estado independiente de facto y que posee una base militar rusa.

El referéndum tenía el objetivo de consagrar o no la adhesión a la Unión Europea en la constitución. En cuanto a las elecciones presidenciales se trató de la primera vuelta en la que la actual presidenta Maia Sandu del liberal Partido de Acción y Solidaridad (PAS), quedó en primer lugar con el 42,45 % de los votos, seguida de Alexandr Stoianoglo del Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM) con un 25,98 % de los votos. La segunda vuelta está prevista para el 3 de noviembre de este año. Según la Comisión electoral la participación fue de un 51,4 %. Más adelante trataremos la votación del referéndum, causante de una fuerte controversia por su más que cuestionable resultado.

Para entender cómo hemos llegado a esta situación hace falta ofrecer un repaso de la política reciente del país.

Maia Sandu es la actual presidenta de Moldavia, representa a la corriente que persigue una integración en la Unión Europea y un apoyo al bloque de la OTAN. Frente a ella Alexandr Stoianoglo mas cercano a Rusia ha defendido el establecimiento de relaciones exteriores equilibradas con Rusia, la UE y Estados Unidos.

Maia Sandu estudió en Harvard y fue asesora del Banco Mundial en Washington entre 2012 y 2015. En 2018 tuvo unas polémicas declaraciones en relación al dictador rumano Ion Antonescu, aliado del nazi-fascismo de Hitler y Mussolini durante la II Guerra Mundial diciendo que «es un personaje histórico, del que se puede hablar tanto del bien como del mal». En 2019 ostentó el cargo de Primer Ministro 5 meses, abandonando por una moción de censura motivada por el nombramiento irregular del Fiscal General. Fue elegida presidenta en 2020 (57,73 % de votos),  su gobierno se ha caracterizado por un acercamiento mayor a la UE, solicitando la candidatura a la misma en marzo de 2022, y siendo concedida en junio de ese año. En el contexto de la Guerra Ruso-Ucraniana el gobierno moldavo condenó la invasión rusa y dio pasos más acelerados para lograr una futura integración en la UE,  la presidenta también ha declarado estar a favor de entrar en la OTAN,  lo que supondría eliminar el estatus de neutralidad de la constitución. Siguiendo esta línea política el 24 de abril de 2023 se creó una misión civil de la UE en Moldavia: la Misión de Cooperación de la Unión Europea en Moldavia (MCUE). Está centrada en el reforzamiento de la gestión de crisis políticas, ciberseguridad, asesoramiento frente a amenazas híbridas, asesoramiento a nivel estratégico e información de inteligencia. En resumidas cuentas un reforzamiento del gobierno pro europeo frente a Rusia y los sectores cercanos a ella, además, días más tarde de la creación de la misión civil se celebró la II Cumbre de la Comunidad Política Europea en Chisinau, capital de la república. 

En el año 2021 el PAS obtuvo la mayoría parlamentaria pero la postura pro-europea se ha caracterizado por cuestiones culturales también. La identidad moldava ha suscitado controversias nacionales. El moldavo es una variante dialectal del rumano por lo que una parte de la población se siente más ligada y cercana a Rumanía y otra en cambio ve el moldavo como una seña de identidad propia. En 1940 se instituyo el alfabeto cirílico que fue reemplazado de nuevo por el latino en 1989 en plena ola nacionalista. En 2023 el idioma oficial pasó a denominarse rumano en vez de moldavo provocando fuertes protestas ante lo que se consideró como un ataque a la identidad nacional. 

En el plano económico Moldavia es considerado el país más pobre de Europa, uno de los principales problemas es la alta inflación. La corrupción también es algo generalizado. Los cuatro años de gobierno de Sandu no han supuesto una mejora en la calidad de vida para los trabajadores moldavos, las protestas contra el gobierno han sido habituales.  

En la oposición pro-rusa al gobierno destacan la coalición electoral del Bloque de Comunistas y Socialistas (BCS) producto de la alianza del Partido de los Comunistas de la República de Moldavia (PCRM) y del Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM). Sus máximos representantes son por parte del PCRM Vladimir Voronir e Igor Dodon por parte del PSRM, ambos ex-presidentes del país. Cuentan con 32 escaños sobre 101 actualmente. Otro partido que ha ido cobrando importancia es Shor, dirigido por el controvertido Ilon Shor que cuenta con 6 escaños. Las fuerzas opositoras siguen la narrativa del Kremlin en lugar de seguir la narrativa otanista y europea, por este motivo se han opuesto a la decisión gubernamental de cerrar 6 canales de televisión en 2022 (FIrst Moldavia, RTR Moldova, Accent TV, NTV Moldova ,TV6 y Orhei TV) por desinformación, 3 de ellos eran propiedad de Ilan Shor. En los casos de First Moldova, RTR Moldova, TV6 y Orhei TV también fueron prohibidos por el Consejo Europeo. 

Las manifestaciones antigubernamentales inicialmente fueron iniciadas por el PCRM, partido cercano a Rusia, pero el protagonismo acabó recayendo sobre el partido Shor, el cual parece que ha sido elegido por la Federación Rusa como socio predilecto dentro de Moldavia para ganar influencia. Shor fue fundado en 1998 y aumentó su popularidad en las elecciones legislativas de 2019, es una fuerza muy cercana a Rusia. Su líder es Ilan Shor, un empresario moldavo-israelí que ha sido sancionado por el Departamento del Tesoro de EE.UU por considerarlo un agente del Kremlin. 

En 2023 Shor fue declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional por “falta de defensa de la pluralidad política, del imperio de la ley y de la integridad política del país”, los diputados mantuvieron sus escaños como independientes. Cabe mencionar que el presidente del Tribunal Constitucional es Nicolae Rosca, ex-dirigente del PAS y abogado de la Presidenta Maia Sandu, por añadidura su hija trabaja en la Oficina Presidencial. En el mismo año el líder de Shor fue condenado por corrupción a 15 años de prisión por participar en un robo del sistema bancario moldavo. Dicha condena era una ampliación de otra de 2017, Ilan Shor estuvo bajo arresto domiciliario hasta su fuga en 2019 a Israel. La acusación sobre la compra de votos hizo que se impidiese al partido presentarse en las elecciones locales.

La relación entre Shor y el PCMR y el PSMR han sido distantes, participando separadamente en las protestas contra Maia Sandu, el ex-presidente Igor Dodon del PSMR se negó a coaligarse con el partido del empresario Ilan Shor. 

Vemos que el panorama político moldavo está lleno de irregularidades, casos de corrupción, protestas sociales y disputas culturales, todo ello dividido en un campo pro-europeo y otro pro-ruso. Ya en las elecciones presidenciales de 2020 el rival de Sandu, Igor Dodon declaró que se habían dado irregularidades en el proceso, pero que se resolvería sin altercados.

Volviendo al referéndum, en un primer momento el No ganaba al Si. Con el 70 % escrutado el No era un 55,31 % frente al Sí con un 44,69 %, con el 90 % escrutado el No era de un 53,96 % frente al Sí con un 46,04 %. Finalmente el Sí obtuvo una victoria con un 50,43 % de votos frente al No con un 49,57 %, supuestamente gracias a los votos de la diáspora. Se habló desde la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) de interferencia rusa. 

El candidato Ion Chicu del Partido de Desarrollo y Unificación de Moldavia (PDUM) declaró que envió 103 representantes para monitorear  las elecciones fuera del país, pero solo a 7 se les permitió cumplir su función. Hubo 350 redadas y cientos de detenidos bajo sospecha de alterar la votación, al mismo tiempo se censuró en RRSS contenido de la oposición y se suspendieron 14 canales de televisión. Al Bloque de la Victoria (fuerza impulsada desde afiliados a Shor en Moscú) se le impidió participar en las elecciones, y la compra de 150.000 votos documentados por las autoridades dejan en evidencia los resultados. La UE y Moldavia hablan de una interferencia rusa y el Kremlin alega que las elecciones no han sido libres y que se plantean interrogantes. Está por ver en detalle la verdad. 

Simultáneamente a las irregularidades electorales BlackRock inicia los preparativos para la compra de terrenos en Moldavia, 600 hectáreas de tierra. Previamente el Comisario europeo de Agricultura Janusz Wojciechowski apremió al gobierno moldavo a retirar la prohibición de la compra de tierras por parte de empresas extranjeras. 

 

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