Si bien todavía no ha pasado lo peor de las consecuencias de la devastación producida por la DANA en Valencia, parece que los saqueos que se produjeron los primeros días han remitido gracias a la presencia policial.
Con el paso de los días vamos conociendo cifras y datos respecto al perfil de aquellos que han aprovechado la completa situación de caos vivida en las zonas afectadas para cometer delitos de pillaje y allanamientos -mayormente-. Para los negacionistas, aclararemos que estos datos proceden de fuentes policiales y de los juzgados, y que en su mayoría no se trata en absoluto de robos de víveres y medios de subsistencia.
El perfil mayoritario de los más de 200 detenidos por saqueo y pillaje es el de varón de entre 25 y 45 años con antecedentes penales y de origen magrebí, principalmente argelinos. Obviamente, también ha habido mujeres detenidas, así como españoles y de otras nacionalidades, pero este es, estadísticamente, el perfil mayoritario.
Curiosamente, entre los españoles, la policía habla de «clanes», mientras que entre los rumanos detenidos, la mayoría ha sido por allanamientos y delitos relacionados con la chatarra.
A continuación, ponemos algunos ejemplos sobre la naturaleza de los delitos. En el juzgado de guardia de Torrent, el juez Fernando Simó ha juzgado y enviado a prisión a 30 delincuentes. En todos los casos se trataba de robos de artículos de lujo.
En un solo día, la Policía Nacional detuvo en Aldaia, en la zona del tristemente célebre centro comercial Bonaire, a 16 individuos, de los cuales 14 eran argelinos y dos marroquíes.
La Guardia Civil, por su parte, ha detenido hasta el pasado viernes a 107 personas, algunos en polígonos industriales, pero otros muchos han sido sorprendidos ‘in fraganti’ entrando en viviendas particulares.
En cuanto a los españoles, la policía detuvo el lunes a cinco delincuentes en Ribarroja que intentaban robar un tráiler de llantas de coche. Cuatro fueron identificados como españoles miembros de un mismo clan, mientras que el quinto era un marroquí.
Las patrullas ciudadanas organizadas por vecinos y voluntarios, como las coordinadas por el Frente Obrero, ayudaron muy eficazmente a que las cifras no fueran aún mayores los primeros días del desastre.