La autoproclamada República de Abjasia es un estado de reconocimiento internacional limitado, considerada como una república autónoma dentro de Georgia por la mayoría de los países. Es reconocida como país independiente por Rusia, Venezuela, Nicaragua, Siria, la República Árabe Saharaui Democrática y Nauru. También es reconocida por Osetia del Sur, la República Moldava Pridnestroviana y la República de Nagorno Karabaj.

Abjasia se independizó en 1992 de Georgia tras la guerra entre 1992 y 1993, después de la disolución de la U.R.S.S. Hubo otra breve guerra en 1998, tras la cual cesaron las hostilidades, también fue participe en la Guerra Ruso-Georgiana de 2008. 

Un nuevo acontecimiento ha agitado a la pequeña república del Cáucaso: la dimisión de su presidente, Aslan Bzhania. El 15 de noviembre estaba previsto que el parlamento aprobase un acuerdo de inversiones rusas. El documento pretendía autorizar la inversión rusa, otorgando además ventajas fiscales al capital ruso y la posibilidad de comprar propiedades. 

Sin embargo, el día 11 comenzaron las protestas contra el gobierno después de que éste detuviera a varias figuras de la oposición. El día 15, la sesión parlamentaria tuvo que ser pospuesta debido a que los manifestantes rodearon el parlamento. La oposición exigió la celebración del pleno para poder rechazar la propuesta del gobierno. Los enfrentamientos con la policía acabaron desembocando en la irrupción de los manifestantes en el edificio gubernamental. Los edificios administrativos fueron ocupados por la ciudadanía opositora. Ante estos sucesos, el presidente Bzhania abandonó la capital, Sujumi, y huyó a su pueblo natal, Tamishi.

Los manifestantes declararon que ocuparían los edificios gubernamentales hasta que dimitiera el presidente y se convocaran elecciones anticipadas. Finalmente, se llegó a un entendimiento: a cambio del rechazo del acuerdo y de la dimisión del presidente, los manifestantes abandonaron el parlamento. La cámara legislativa nombró al vicepresidente, Badra Gunba, como nuevo presidente hasta la celebración de elecciones.

La economía de Abjasia es muy dependiente de Rusia, y las relaciones se han deteriorado los últimos meses. Estos acuerdos pretendían mejorar la maltrecha economía y las relaciones con el país eslavo. La autoproclamada república caucásica ha sido un destino turístico tradicional para los rusos, y se presenta como un lugar atractivo para la inversión en el sector turístico por parte de los empresarios rusos. A pesar de los beneficios que pueda reportar a los inversores, los opositores creen que la entrada de capital ruso aumentará el precio de la vivienda y desplazará a los negocios nacionales por la competencia rusa. Actualmente, solo los ciudadanos abjasios pueden poseer tierras, tal y como lo recoge su constitución, por lo que Rusia estaría tratando de forzar una apertura de la economía abjasia. 

En la Federación Rusa no se han dado reacciones ni respuestas ante lo sucedido. Los manifestantes han dejado claro que las protestas no son contra Rusia, sino contra el acuerdo que pretendía aprobar el depuesto gobierno.