Hace poco, escuché a una señora afirmar con rotundidad que en España la mayoría de los delitos los cometen los españoles. No dudo de que esa mujer dio datos correctos, pero me surgió una duda: ¿sería consciente de la simpleza y falta de rigor de semejante afirmación? ¿Había, en algún momento, considerado siquiera los llamados datos relativos?
Es de lógica que, en cualquier país, la mayoría de los delitos sean cometidos por los nacionales, simplemente porque son mayoría. No es un gran misterio que en Italia, por ejemplo, los italianos sean los delincuentes más frecuentes, ni que en Japón predominen los japoneses. Esto no requiere un elevado nivel de razonamiento. Lo realmente relevante, y quizás más difícil, es interpretar los datos en términos relativos: ¿Qué porcentaje de una población comete delitos en comparación con su tamaño total?
Para quienes están dispuestos a mirar más allá de los números absolutos y comprender las proporciones, les voy a dejar algunos datos. No provienen de un panfleto radical ni de un rincón oscuro de internet, sino del Instituto Nacional de Estadística, una institución que difícilmente se podría acusar de tener sesgos ideológicos afines a lo que ahora se ha venido a denominar extrema derecha. A partir de ellos, espero arrojar algo de luz sobre un tema que, por momentos, parece estar rodeada de más ruido que razón.
Los condenados en 2023, según nacionalidad, muestran variaciones significativas dependiendo del tipo de delito. Analicemos en detalle los delitos que han mostrado un notable incremento en los últimos años. El número de condenados por homicidio en todas sus formas fue de 739 personas españolas, frente a 133 personas provenientes de África, 82 de América y 9 de Asia. Estos datos, a simple vista, podrían justificar el argumento de que “los españoles son los más delincuentes”, como afirmó una señora en televisión. Sin embargo, un análisis más riguroso que considere la proporción de cada grupo poblacional revela otra realidad.
En cuanto a los delitos contra la libertad sexual, los condenados fueron 2369 españoles, 355 africanos y 386 personas de América. Aunque en términos absolutos los españoles lideran las cifras, resulta fundamental analizar los datos en relación con el tamaño de cada grupo poblacional. Los datos de robos con violencia son especialmente alarmantes: los condenados españoles fueron 4323, mientras que 2362 personas africanas y 503 personas de América también fueron condenadas por este tipo de delito.
La población residente en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero de 2024, era de 48.592.909 personas, de las cuales 42.101.407 tenían nacionalidad española, lo que representa aproximadamente el 86,6% de la población. Los marroquíes, la nacionalidad extranjera más numerosa, representan el 1,84% (893.953 personas). Sumando todos los ciudadanos americanos presentes entre las 20 principales nacionalidades extranjeras en España, se contabilizan 1.495.372 personas, lo que equivale al 3,08%. Los asiáticos, representados por China y Pakistán entre las 20 primeras nacionalidades, ascienden a 323.612 individuos, lo que supone el 0,67%.
Analizando los delitos en función de las nacionalidades, más allá del pobre argumento de “los españoles son más”, en términos relativos las cifras revelan una perspectiva distinta. En homicidios, el 0,0017% de los españoles fueron condenados, frente al 0,015% de los africanos, un porcentaje significativamente mayor. Entre los habitantes de origen americano, el porcentaje fue del 0,0055%, y en el caso de los asiáticos, del 0,0027%. Esto indica que, proporcionalmente, el porcentaje de condenados es notablemente más alto en la población africana en comparación con las demás nacionalidades, mientras que los españoles presentan el porcentaje más bajo.
En los delitos contra la libertad sexual, el 0,005% de los españoles fueron condenados, frente al 0,038% de los africanos y el 0,026% de los americanos. De nuevo, proporcionalmente, el porcentaje de condenados es significativamente mayor en la población africana, seguido por la americana, mientras que los españoles presentan el porcentaje más bajo.
Especialmente alarmantes son los datos relativos a los delitos de robo con violencia. Según los datos del INE, el grupo de nacionales españoles condenados representó el 0,01%. En contraste, entre la población de origen africano, el porcentaje de condenados fue del 0,26%, una cifra notablemente más alta. Por su parte, la población americana presentó un 0,037% de condenados.
Estos datos invitan a una reflexión crucial: analizar delitos cometidos por diferentes nacionalidades sin tener en cuenta su proporción dentro de la población es un ejercicio incompleto y, a menudo, tendencioso. Las cifras absolutas, desprovistas de contexto, tienden a generar falsas percepciones y conclusiones erróneas. Es en los porcentajes donde encontramos la realidad de la incidencia delictiva, ajustada al peso demográfico de cada grupo. Comparar números totales, sin este matiz, no solo carece de rigor, sino que perpetúa narrativas simplistas que desvirtúan la complejidad del fenómeno.
Los datos mencionados se pueden consultar en las siguientes direcciones del Instituto Nacional de Estadística.
Instituto Nacional de Estadística (INE). (2023). Condenados. Delitos según nacionalidad y tipo de delito. Recuperado de https://ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=26014
Instituto Nacional de Estadística (INE). (2023). Censo de población 2022-2023 [Informe técnico]. Recuperado de https://ine.es/prensa/censo_2022_2023.pdf
Instituto Nacional de Estadística (INE). (2023). Población por nacionalidad, sexo y grupo de edad. Recuperado de https://ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=4032