Durante años, una célula yihadista formada por 11 pakistaníes operaba en Barcelona con el objetivo de localizar a personas que consideraban blasfemas contra el islam. A través de redes sociales, rastreaban publicaciones sobre el profeta Mahoma y trataban de descubrir la identidad y dirección de sus autores para promover su asesinato.
La Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional, en colaboración con los Mossos d’Esquadra y las autoridades italianas, logró desarticular la organización tras una intensa investigación. Este grupo estaba perfectamente estructurado y jerarquizado. Sus líderes impartían órdenes mediante canales cifrados, incitando a la violencia contra quienes consideraban enemigos de su ideología.
Los agentes no encontraron pruebas de que planearan atentados, pero sí evidencias de que vigilaban a ciertas personas. Aún se investiga si entre sus objetivos había figuras públicas. Además, la célula compartía contenido yihadista en plataformas como X, Instagram, TikTok y YouTube, donde reunían más de 57.000 seguidores e incitaban a cometer ataques.
Esta operación fue la tercera fase de una investigación iniciada en 2022, que ya había llevado a la detención de 19 personas en años anteriores. Además de su actividad en redes, la organización tenía una estructura financiera vinculada al partido islamista pakistaní Tehreek-e-Labbaik Pakistán (TLP), que alienta atentados en todo el mundo.
Los detenidos, hombres y mujeres de entre 26 y 55 años, residían en municipios de la provincia de Barcelona, como Sant Feliu de Llobregat y Badalona. Cataluña, con 25 arrestos el año pasado, sigue siendo la comunidad con más operaciones antiterroristas en España.