Un nuevo acontecimiento ha sacudido a los países de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO). Benin, miembro de la CEDEAO, sufrió un intento de golpe de Estado el 7 de diciembre que tenía por objetivo derribar el gobierno del presidente Patrice Talon.
Según fuentes gubernamentales, sobre las 5 de la mañana tropas amotinadas atacaron al presidente Patrice Talon, repelidas rápidamente por las fuerzas leales. El apoyo proveniente de Nigeria y Costa de Marfil fue decisivo para frustrar la insurrección. Aviones nigerianos inmovilizaron vehículos blindados insurgentes.
Los golpistas estaban liderados por el Teniente Coronel Pascale Tigri. Los partidarios del golpe se identificaron como el Comité Militar para la Refundación al ocupar la sede de la televisión nacional. Citaron la inseguridad que sufre el norte del país debido a los ataques islamistas como justificación del golpe, al igual que hicieron en su vecino Burkina Faso los golpistas en 2022. Tras no lograr sus objetivos se sucedieron combates con las fuerzas leales y las fuerzas de apoyo nigerianas y marfileñas, el número de bajas todavía no ha sido confirmado.
Pascale Tigri se encuentra fugado ahora en el país vecino Togo. El ex viceministro de Defensa y líder del partido de oposición, Candide Azannaï, fue arrestado y acusado de conspiración contra el Estado. El gobierno beninés está buscando a colaboradores e instigadores de la conspiración, como el influencer Kémi Séba, partidario de las juntas militares sahelianas contra quien han emitido una orden de arresto internacional.
La CEDEAO rápidamente desplegó tropas provenientes de Nigeria, Ghana, Costa de Marfil y Sierra Leona para controlar la situación, según el gobierno nigeriano, a petición del propio Presidente Talon. Se trata de la primera intervención de la CEDEAO en un país desde el año 2017, cuando intervino en Gambia para deponer al presidente Yahya Jammeh, que no quería reconocer su derrota electoral.
Lo más cerca que ha estado la CEDEAO de intervenir en otro país fue en 2023 cuando se amenazó a Níger con una intervención tras el golpe de Estado que depuso al presidente Mohamed Bazoum. La división interna y el apoyo que mostraron Burkina Faso y Mali a Níger, países gobernados también por juntas militares, frustraron la intentona. Lo que sucedió después fue la conocida ruptura total entre la CEDEAO y la Alianza de Estados del Sahel, ahora convertida en la Confederación de Estados del Sahel (CES), integrada por Mali, Burkina Faso y Níger.
Esto nos permite explicar la contundencia con la que han actuado tanto el gobierno de Benin como la CEDEAO. Era de prioridad máxima frenar otro golpe de Estado que se habría sumado a tantos otros que ha sufrido la región los últimos años y que han fracturado al África Occidental. Cabe mencionar la falta de contundencia con otros golpes de Estado, como el reciente de Guinea Bissau este año, que más bien parece ser un autogolpe. Esto puede deberse seguramente a la vecindad que tiene Benin con Nigeria, el país más poderoso de la Comunidad, que puede ver con preocupación la formación de un gobierno hostil pegado a sus fronteras, en un momento tenso debido a los ataques de organizaciones terroristas islamistas en su territorio. Cualquier desestabilización en un país vecino puede provocar problemas al resto. Además, de triunfar el golpe, habría fracturado por la mitad a la CEDEAO ya que Benín divide a los países occidentales de la CEDEAO de Nigeria.
Patrice Talon lleva una década en el poder, pero se espera que lo abandone en las elecciones previstas para abril del año que viene. El gran favorito es su actual Ministro de Finanzas Romuald Wadagni, por lo que habría continuidad política con su posible victoria. Que el golpe haya fracasado es una buena noticia para Francia porque se ha evitado la creación de otro gobierno hostil a sus interferencias en el continente. Han sido habituales las acusaciones de Níger a su vecino del sur por la presencia de tropas francesas, dato que se ha desmentido desde Benín, siendo un asunto polémico que se suma a otros entre estos dos países. Recientemente el periódico francés Le Monde afirmó que las fuerzas especiales del ejercito francés estaban presentes en Benín, por lo que las acusaciones de Níger puede que no estén muy desencaminadas.