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Bolivia frustra intento de golpe militar liderado por el excomandante Juan José Zúñiga

El presidente Arce detiene al excomandante Zúñiga y nombra nuevos líderes militares; la comunidad internacional condena el intento golpista

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El Gobierno de Bolivia ha frustrado un intento de golpe de Estado militar encabezado por el depuesto comandante general Juan José Zúñiga contra el Ejecutivo de Luis Arce. El presidente Arce denunció este miércoles «movimientos irregulares» de soldados cerca de la sede del Gobierno en La Paz.

Horas después, desde un palacio gubernamental sitiado por los golpistas, con una tanqueta que irrumpió en una de sus puertas, Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca, anunciaron a la ciudadanía que habían expulsado a los militares.

Zúñiga, el excomandante general que lideró a los militares, fue detenido y trasladado a una celda en la sede de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen. La detención ocurrió cuando salía de la sede del Estado Mayor de Bolivia, alrededor de las 19:00 hora local, después de comandar a los militares que irrumpieron con tanques en la sede del Ejecutivo en La Paz. Se le acusa de «intento de golpe de Estado» contra el Gobierno de Arce.

 

La Fiscalía General había emitido previamente una «alerta migratoria» para evitar que Zúñiga abandonara el país y anunció una «investigación penal» contra él y todos los militares involucrados en la movilización «irregular».

Tras su detención, Zúñiga se justificó acusando a Arce de haberle ordenado sacar los «blindados» a la calle para «levantar» su popularidad. Según Zúñiga, el presidente boliviano le pidió que provocara un movimiento militar. «Yo le pregunté: ¿sacamos los blindados? y él respondió: sacá», afirmó Zúñiga.

Antes de relevar a toda la cúpula de las Fuerzas Armadas, Arce se enfrentó con Zúñiga en la puerta de la Casa Grande del Pueblo, sede del Gobierno, derribada por un tanque militar, y le ordenó «replegar» a los militares que lo acompañaban.

Durante el intento de golpe de Estado, el Gobierno se mantuvo en la Casa Grande «para enfrentar todo intento golpista» y pidió al pueblo boliviano que «se movilice y organice en contra del golpe». Rodeado de su gabinete, Arce aseguró que Bolivia «no puede permitir que, una vez más, intentonas golpistas se lleven vidas bolivianas», recordando el golpe de 2019 contra Evo Morales.

Minutos después de que Arce nombrara a los nuevos comandantes del Ejército, los militares abandonaron el centro de La Paz. El personal militar que se había unido al ataque comenzó a replegarse a los cuarteles cuando el nuevo comandante, José Wilson Sánchez, llamó a restablecer el orden y ordenó la retirada.

Tras la retirada de los tanques y los golpistas, la ciudadanía entonó el himno nacional en las inmediaciones de la Plaza Murillo. «Estamos en la calle para defender el proceso de cambio, para defender la democracia y decirle al presidente Luis Arce que no está solo», aseguró un manifestante.

El presidente Arce agradeció al pueblo de Bolivia y a la comunidad internacional por su rechazo a la «intentona golpista». «Saludamos y expresamos nuestro más sincero agradecimiento a nuestras organizaciones sociales y a todo el pueblo boliviano que salieron a las calles y se expresaron a través de distintos medios de comunicación, manifestando su rechazo a la intentona golpista».

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, expresó la condena de la UE al «intento de quebrantar el orden constitucional en Bolivia».

Varias tanquetas y militares armados ocuparon este miércoles la plaza frente a la sede del Ejecutivo boliviano, después de que el depuesto comandante general del Ejército amenazara con tomar el edificio.

Los militares en la Plaza Murillo estaban armados, encapuchados y con cajas de municiones de gases lacrimógenos, y se informó de varias personas heridas. Las imágenes mostraron cómo una tanqueta derribó las puertas de la sede del Ejecutivo de Bolivia e ingresó al interior, después de que Zúñiga amenazara con tomar el Gobierno y cambiar el gabinete.

Zúñiga también anunció que «liberará a todos los presos políticos» como la expresidenta golpista de 2019, Jeanine Áñez, y «restablecerá la democracia» en el país.

El depuesto comandante Zúñiga amenazó este miércoles con tomar la sede del Ejecutivo boliviano mientras transitaba en una tanqueta, según se observó en la transmisión de medios locales de televisión, mientras el presidente del país denunció movilizaciones irregulares de tropas en la capital.

Arce se enfrentó a Zúñiga en la puerta de la Casa Grande del Pueblo, sede del Gobierno, y le ordenó «replegar» a los militares que lo acompañaban. Horas después, los tanques y el grupo de las Fuerzas Armadas se retiraron.

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, había alertado este miércoles que se estaba gestando un «golpe de Estado» en el país después de que se conociera un despliegue de tanques y militares armados frente a la sede de Gobierno en La Paz.

Morales también convocó a una «movilización nacional para defender la democracia» y acusó a Zúñiga de liderar la operación militar.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó desde Paraguay que el organismo no tolerará «ninguna forma de quebrantamiento del orden constitucional legítimo en Bolivia». La OEA condenó enérgicamente estas acciones del Ejército boliviano y expresó su «solidaridad con el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora».

Estados Unidos también se pronunció, instando a la «calma y moderación» en Bolivia.

 

 

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