En las primeras lĆneas de la pĆ”gina del MAPA (Ministerio de Agricultura Pesca y AlimentaciĆ³n) dedicada a el Ā«Cuaderno de campo digital de explotaciĆ³n agrĆcolaĀ», lo justifican con esta bonita pero vacĆa frase: Ā«para avanzar hacia una gestiĆ³n mĆ”s eficiente y respetuosa con el medio ambienteĀ». Entran grandes dudas sobre la mejora de la eficiencia, puede que a la administraciĆ³n le favorezca en su trabajo y en el creciente control sobre las explotaciones, pero es cuestionable que facilite el trabajo del pequeƱo agricultor, aƱadiendo un tiempo extra en cada tarea o bien un gasto adicional para que sea otro el que gestione el cuaderno y lo que conlleva.
Respecto a la protecciĆ³n del medio ambiente, aparte de culpabilizar de nuevo a los agricultores y ganaderos de la degradaciĆ³n ambiental, que se les da muy bien, no parece muy coherente, pues estĆ” demostrado el impacto creciente que estĆ” teniendo la digitalizaciĆ³n de la sociedad a nivel planetario: Internet demanda ya el 7% de la energĆa mundial, y es responsable de mĆ”s del 4% de todo el CO2 que emitimos a la atmĆ³sfera. SegĆŗn la revista National Geographic, que si internet fuera un paĆs, serĆa el sexto mĆ”s contaminante del mundo. Y eso que solo hablamos de la huella energĆ©tica del trĆ”fico de datos.
Si tenemos en cuenta los aparatos propiamente dichos: extracciĆ³n de materiales, fabricaciĆ³n, guerras y conflictos sociales asociados y tratamiento de residuos, la cosa se dispara. Europa generarĆ” 10 millones de toneladas de basura tecnolĆ³gica en 2025 (53,9 millones de toneladas a nivel global). Todo esto puede parecer una exageraciĆ³n pero hay que tener en cuenta que hablamos de la digitalizaciĆ³n de Ā«todas las explotaciones agropecuarias de EuropaĀ».
Luego resulta que los productos que ponen en los estantes del supermercado y en nuestra mesa esta misma gente son de paĆses extranjeros, con el plus de contaminaciĆ³n del transporte y la nula trazabilidad y a los que, por lo que toca al caso que nos ocupa y sin abundar en otros temas, no se les ocurre digitalizar ni un tomate. Sostenibilidad cero.
El Cuaderno digital, en resumen, solo sirve de herramienta para que el Gobierno de aquĆ y de Bruselas tenga constancia y control de todo lo que se hace en las explotaciones. Una enorme cantidad de informaciĆ³n para unas administraciones que han demostrado carecer de la mĆ”s mĆnima empatĆa con el mundo rural y como no, para dar una nueva ventaja a las grandes explotaciones sobre las familiares a las que parece que quieren hacer desaparecer.
No parece que su imposiciĆ³n estĆ© siendo tan sencilla como prometĆan. El rechazo del sector, la falta de previsiĆ³n en la formaciĆ³n de tĆ©cnicos y la nefasta cobertura de red en el mundo rural espaƱol, entre otros incidentes, ha propiciado que el plazo de implantaciĆ³n inicial, que era el 1 septiembre de 2023, se haya aplazado hasta el 1 de enero de 2024 y otra vez hasta septiembre de 2024. TodavĆa, en la reuniĆ³n que tuvo el ministro con las organizaciones agrarias no tan representativas, aplazĆ³ su obligatoriedad sine die, posiblemente esperando un momento en que el sector no estĆ© tan movilizado y cuando la perdiz estĆ© completamente mareada. En realidad el seƱor ministro miente pues sabe que en 2026 ya se va a tener que hacer una recolecciĆ³n telemĆ”tica de los datos.
Pero acerquemos el tema al dĆa a dĆa del mundo rural. Las explotaciones que superen la superficie de 30 hectĆ”reas de cultivos herbĆ”ceos, 10 hectĆ”reas de cultivos leƱosos o 5 hectĆ”reas de regadĆo, o cualquier superficie con invernaderos, estĆ”n obligadas a implementar el cuaderno digital, es decir prĆ”cticamente todas.
Este cuaderno digital, deberĆ” incluir la anotaciĆ³n de todas las operaciones que se realicen en las fincas (labrantĆas, barbechos, riegos…) y aplicaciones de fitosanitarios, fertilizantes y otros productos de salud vegetal o animal, de forma mensual para lo que los Ā«interesadosĀ» necesitarĆ”n manejar programas de gestiĆ³n avanzada.
Todas las notificaciones para los solicitantes de la PAC serĆ”n electrĆ³nicas, igual da que sean personas fĆsica o jurĆdicas. Es decir que todos agricultores y ganaderos deberĆ”n disponer de dispositivos electrĆ³nicos actualizados, con certificados y firma digital para simplemente descargar dichas comunicaciones, mucho mĆ”s aĆŗn para trasladar sus solicitudes.
DeberĆ”n tener mĆ³viles de ultima generaciĆ³n con aplicaciones y GPS, capaces de mandar fotografĆas y planos geo-referenciados y cumplir asĆ con los nuevos monitoreos por satĆ©lite, por supuesto tendrĆ”n que aprender a manejarlas.
Con una edad media en el campo que ronda los 62 aƱos, la brecha digital es enorme en el medio rural donde en muchos casos no hay ni internet o si lo hay es muy precario, es por lo tanto un autĆ©ntico disparate que se pretenda obligar a nuestros agricultores y ganaderos a cambiar completamente su rutina de trabajo, a utilizar herramientas tan ajenas a ellos y con estructuras de comunicaciĆ³n tan deficientes.
Los especialistas mientras tanto aconsejan que no se arriesguen a realizar por su cuenta estas gestiones. Que busquen expertos para no equivocarse, ni mĆnimamente pues luego no habrĆ” posibilidad de corregir y se pueden derivar sanciones. Sin embargo no se encuentran tĆ©cnicos capacitados para ello y que quieran convertirse en gestores; primero porque los Ingenieros TĆ©cnicos AgrĆcolas, gozan prĆ”cticamente de pleno empleo y ya tienen sus trabajos; y por otra parte porque no estĆ” claro el nivel de responsabilidad que comparten el gestor y el titular de la explotaciĆ³n en posibles errores, olvidos o equĆvocos en unas normas con las que ni siquiera las mismas administraciones se aclaran del todo y ante las dudas, prefieren inhibirse.
Las oficinas agrarias les dicen a los agricultores que no podrĆ”n resolverles el problema y los remiten a las organizaciones profesionales y cooperativas que en principio sĆ quieren ofrecer el servicio de llevar los cuadernos de sus socios, pero sus tĆ©cnicos advierten que se van a ver desbordados de inmediato.
El desastre y el caos estĆ”n servidos. AdemĆ”s, la administraciĆ³n espaƱola ha pretendido en ocasiones ir mĆ”s allĆ” de la UniĆ³n Europea en sus preceptos, poniendo al sector en una situaciĆ³n muy comprometida, obligĆ”ndolo a cumplir una normativa imposible. Ya no nos valen los parches ni las maniobras de apaciguamiento que se estĆ”n intentando desde el ministerio y que no solucionan el fondo de un problema que amenaza con hacer colapsar el sector en EspaƱa. Esta es una de las grandes motivaciones que tienen los agricultores para sacar, con toda justicia, sus tractores a la calle.