Hace unas semanas, la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) presentó una serie de peticiones relacionadas con los colegios públicos, entre las que destacan la obligatoriedad de ofrecer comida halal, permitir el uso del hiyab y adaptar los horarios escolares durante el mes de Ramadán. Además, solicitaron un incremento en el número de profesores de religión islámica en las aulas.
En el contexto legal, la Constitución Española de 1978 garantiza el derecho a la educación, la libertad de enseñanza y la libertad religiosa. Sin embargo, también define la educación pública como laica. Este principio se reforzó con la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), aprobada en 2020, que subraya el carácter laico de la escuela pública, aunque permite la enseñanza de distintas religiones en virtud de acuerdos de cooperación con comunidades religiosas.
El acuerdo de cooperación entre el Estado español y la Comisión Islámica de España, firmado en 1992 (Ley 26/1992), establece en su artículo 14.4 que los alumnos musulmanes de centros públicos y concertados que lo soliciten deben recibir menús adaptados a los preceptos islámicos, así como horarios de comidas especiales durante el Ramadán. Por ello, muchos comedores escolares ya ofrecen menús halal, mientras que otras confesiones o convicciones deben realizar solicitudes específicas, sin que exista garantía legal similar.
Respecto al uso del hiyab, no existe normativa específica en España que lo regule. Según la jurisprudencia, cada centro educativo puede decidir a través de sus reglamentos internos. Por ejemplo, en 2013, el Tribunal Supremo respaldó la decisión de un instituto en Pozuelo de Alarcón (Madrid) de prohibir el uso del hiyab en sus instalaciones. Pese a ello, las asociaciones islámicas continúan defendiendo el derecho a portar esta prenda en las escuelas.
Aunque la ley garantiza menús halal para los alumnos musulmanes, otras comunidades religiosas no cuentan con el mismo respaldo legal. Por ejemplo, algunos colegios ofrecen menús kosher para estudiantes judíos, pero no existe una normativa específica que lo garantice. En el caso de los cristianos, las adaptaciones para prácticas como la abstinencia de carne durante la Cuaresma dependen de cada centro. También se pueden ofrecer dietas vegetarianas o veganas, pero estas requieren una solicitud y, generalmente, una justificación médica o ética. En general, estas adaptaciones son gestionadas caso por caso, y los padres o tutores deben comunicarse directamente con el centro educativo o el proveedor del comedor escolar para solicitar los ajustes necesarios.
Las demandas de la comunidad islámica han reabierto el debate sobre la adaptación de la educación pública a las creencias religiosas. Mientras algunos sectores consideran que estas medidas refuerzan la inclusión y el respeto a la diversidad, otros critican que se dé un trato preferencial a una confesión religiosa frente a otras. El equilibrio entre laicismo y multiculturalismo en las escuelas públicas sigue siendo un desafío para el sistema educativo español.