Ismaiil A.I.N. fue detenido en marzo de 2024 en Barcelona por su presunta vinculación con redes yihadistas internacionales. Ha sido condenado a tres años de prisión por adoctrinamiento terrorista. El acusado ha reconocido los hechos y ha aceptado la pena en un juicio celebrado este lunes en la Audiencia Nacional.
El acuerdo alcanzado entre la defensa y la Fiscalía permitió reducir la condena de ocho a tres años de prisión, junto con dos años de libertad vigilada. La confesión del acusado ha sido clave para formalizar este pacto de conformidad que evitó la celebración de un juicio prolongado.
La investigación contra Ismaiil A.I.N. se inició tras una alerta urgente de la Policía sueca a la Guardia Civil, en la que advertían sobre cuatro personas en Suecia con intención de viajar a territorios bajo la ley islámica (sharía). Uno de ellos mantenía contacto directo con el ahora condenado, quien le animaba a sumarse a la yihad violenta.
Según la Fiscalía, en uno de los chats intervenidos, el terrorista transmitió un mensaje que hablaba de la “obligación de luchar y morir por Alá”. El contenido evidenciaba una adhesión ideológica al Estado Islámico y un claro propósito de incitación a la violencia.
Durante el registro de sus dispositivos y plataformas digitales, los investigadores hallaron una gran cantidad de contenido propagandístico y terrorista, entre ellos el emblema oficial de Daesh en su cuenta de Telegram, solicitudes reiteradas (al menos doce) para acceder a archivos de agencias mediáticas yihadistas, como Amaq y AlFurqan, vídeos de ataques reivindicados por Dáesh, como los emitidos por Al Raqqah. Además de manuales para asesinar con cuchillo, tutoriales para fabricar explosivos caseros como TATP, conocido como “la madre de Satán”.
También se encontraron búsquedas en internet sobre componentes explosivos como peróxido de acetona y ácido sulfúrico, lo que indicaría un interés activo en la preparación de atentados, e imágenes de ejecuciones, atropellos masivos y catálogos de venta de armas.
La Fiscalía detalló que el acusado disponía de 30 documentos sobre yihad, operaciones de martirio, anonimato digital y técnicas para actores solitarios, lo cual evidencia un proceso de radicalización profundo, meticuloso y con fines operativos. Además, se confirmó que la persona con la que mantenía contacto en Suecia permanece en prisión preventiva por preparar un atentado terrorista y poseer un arma de fuego.
El tribunal, presidido por un magistrado de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, dictó una condena firme de tres años de cárcel y dos años de libertad vigilada por un delito de adoctrinamiento pasivo y autoadoctrinamiento con finalidad terrorista.
Este caso se enmarca en el refuerzo de la cooperación internacional entre cuerpos policiales europeos frente a las nuevas formas de terrorismo digital y radicalización online. La rápida respuesta tras la alerta sueca fue fundamental para interceptar posibles acciones violentas en territorio europeo.
La sentencia de Ismaiil A.I.N. refuerza la importancia de las herramientas de vigilancia cibernética y de la coordinación judicial transfronteriza en la lucha contra el yihadismo en Europa.
