11 de agosto de 2025

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Los españoles no se fían de sus líderes: ninguno aprueba en el CIS de julio

Los españoles no se fían de sus líderes: ninguno aprueba en el CIS de julio
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Los últimos datos muestran a un país preocupado por la vivienda y la corrupción, con una baja valoración de sus políticos e intención de voto igualada entre PP y PSOE. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado recientemente su barómetro de julio, en el que, como todos los meses, se analiza la intención de voto ante una posible convocatoria electoral y se valora al equipo de Gobierno y a los principales políticos de la oposición. También se profundiza sobre las principales preocupaciones de la población y la valoración de su situación económica, ahondándose también en la opinión de la población sobre algún tema de actualidad o interés, que en este caso era la decisión de la OTAN de incrementar el gasto en armamento.

Contradiciendo a las palabras de Pedro Sánchez en su última rueda de prensa sobre la bonanza económica de España, un 34 % piensa que su situación económica es regular, mala o muy mala. El pesimismo es mayor al evaluar no ya solo el contexto personal o familiar, sino el del país, en el que un 58 % considera que la situación económica de España es regular, mala o muy mala. Siendo los más castigados por una mala situación económica las personas con edades entre 45 y 54 años, entre los que un 27 % dice estar en muy mala situación y un 23 % en mala.

Analizando cuáles son los principales problemas del país, el que figura en primer lugar es el Gobierno y los partidos políticos. Le sigue de cerca la vivienda. Si se considera el conjunto de problemas de España (considerando mención en primer, segundo y tercer lugar), los tres más importantes son la vivienda (30 %), la corrupción y el fraude (25 %) y la inmigración (18 %). Hay algunas diferencias por género: los hombres consideran más preocupante que las mujeres el problema de la vivienda y la corrupción, y las mujeres se muestran más preocupadas que los hombres por la inmigración. Por edades, la vivienda preocupa en mayor medida al grupo de 25 a 34 años, la corrupción a la franja de entre 35 y 44 años, y son los jóvenes de 18 a 24 años a los que les preocupa en mayor medida que al resto de la población la inmigración.

Entrando en temas de valoraciones políticas e intención de voto, la opción de candidato favorito a presidente es expresada. Dice mucho de la situación política el hecho de que un 35 % de los españoles indique que no elegiría a ninguno de los políticos actuales que se presentan o que no sabe cuál. De nuevo, Tezanos da el triunfo a Pedro Sánchez, pero solo con un 22 % de los votos. Entre los votantes del PSOE, un 45 % no considera que Sánchez fuera su preferencia como presidente. Los más “forofos” del actual presidente del Gobierno son los más mayores (más de 65 años).

Alberto Núñez Feijóo solo es considerado como presidente ideal para un 11,2 % de la población. Tampoco convence en exceso a sus votantes, ya que solo un 42 % de los votantes del PP lo eligen como favorito, en pugna con Isabel Díaz Ayuso (19 %).

El grupo de edad más crítico con los políticos actuales y su idoneidad para ser presidente es el de 35 a 44 años, en el que 4 de cada 10 consideran que ninguno de los actuales sería su presidente ideal. Llama la atención la “popularidad” del líder de VOX, Santiago Abascal, entre los jóvenes de entre 18 y 24 años, ya que un 25 % lo menciona como su potencial presidente favorito, lo que contrasta con el 11 % que obtiene en el conjunto de la población.

Analizando la intención de voto, el barómetro del CIS muestra casi un empate técnico entre PP y PSOE, con una intención de voto del 18,8 % para PP y 18,3 % para PSOE, seguido de VOX (14 %). Sigue muy de lejos Sumar (5,3 %).

Los votantes más fieles son los de VOX, ya que un 78 % de las personas que votaron a este partido lo volverían a hacer en unas futuras elecciones al Parlamento; les sigue en fidelidad el votante del PP (un 69 % de sus votantes lo volvería a hacer). Los votantes nacionalistas son bastante fieles también. En el caso de Bildu y BNG (66 %). Entre los votantes del PSOE, repetiría su voto el 55 %. Los partidos con más “desengañados” serían Sumar (solo un 38 % de los votantes repetirían su voto) y Junts (40 %).

En este mes destaca la entrada en resultados de partidos que hasta ahora no figuraban, como el Frente Obrero, que se sitúa en una intención de voto del 0,5 %, al mismo nivel que el PNV o el BNG y solo una décima por debajo de Junts. Obviamente, estos datos no se traducen en escaños debido al sistema electoral español, pero destaca que un partido con escasa repercusión mediática obtenga resultados al nivel de los nacionalistas. Es muy notorio también que un 17 % no tenga claro a quién votaría.

Y hasta cierto punto es lógico que no se tenga claro a quién votar, si se ve la baja valoración de los principales líderes políticos actuales. Ninguno obtiene ni de lejos el aprobado en nota media. Pedro Sánchez obtiene un 3,99; Yolanda Díaz, un 3,97; Alberto Núñez Feijóo, un 3,87; y Santiago Abascal, un 3,1.

Esta mala valoración viene muy determinada por la alta desconfianza que generan el presidente y el líder de la oposición. Un 74 % opina que Pedro Sánchez le inspira poca o ninguna confianza, cifra que llega hasta el 78 % para el líder del PP. Si bien es cierto que Núñez Feijóo convence más a sus votantes, ya que uno de cada seis afirma que le inspira mucha o bastante confianza, mientras que Pedro Sánchez no inspira tanto ni a sus votantes, con un 56 % que sí confía en él.

Además del presidente, el resto de los ministros del actual Gobierno tampoco sale muy bien parado en esta encuesta.

De entrada, se ve que existe bajo conocimiento de algunos de los 22 ministros actuales. Destacan por su “invisibilidad” Elma Saiz (ministra de Inclusión, Seguridad Social y Pensiones), a la que no conoce un 85 % de la población; Sira Rego (ministra de Infancia y Juventud), un 80 % no la conoce; y Ana Redondo (ministra de Igualdad), desconocida para un 73 % de los españoles. Por el contrario, los ministros “más famosos” son Yolanda Díaz (ministra de Trabajo), que obtiene un 98 % de conocimiento; María Jesús Montero (ministra de Hacienda), 91 %; y Fernando Grande-Marlaska (ministro del Interior), que es conocido por el 89 % de los encuestados.

Y, como ocurría con los líderes políticos de cada partido, los ministros obtienen notas muy bajas. Solo dos de ellos “aprueban raspado”: el actual ministro de Asuntos Sociales, Pablo Bustinduy (ministro de Asuntos Sociales, Consumo y Agenda 2030), que algo debió aprender de su madre (es hijo de la exministra de Sanidad Ángeles Amador), obtiene una nota de 5,13; y el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, que se sitúa en un 5,04. Todos los demás ministros no superan el 5, siendo los peor valorados Ángel Víctor Torres (3,79), Félix Bolaños (3,90) y Óscar Puente (3,91).

Sin embargo, ante este contexto de descrédito de los políticos y de preocupación de los españoles por temas que son meramente nacionales, sin que el tema de la exigencia de la OTAN de compra de armamentos sea prioritario, sí que ha calado el discurso de Pedro Sánchez tratando de ser David frente a Goliat ante las exigencias de la OTAN y Trump, con el beneplácito de la UE.

Lo cual es realmente un tema más de relato que de realidad, porque no es tan fuerte la situación de España en el tablero internacional como para ser “rebelde”.

Según indica el barómetro de julio, un 58 % de los españoles considera que el Gobierno español no debería acatar la exigencia del presidente estadounidense, Donald Trump, por la que todos los países de la OTAN —incluida España— deben destinar el 5 % de su Producto Interior Bruto (PIB) a gastos de Defensa.

Este “discurso de rebeldía” es muy apreciado por los votantes del PSOE, ya que un 85 % de sus votantes considera que no debería acatarse esta orden de la OTAN, y también por los votantes de los socios de gobierno (95 % entre votantes de Sumar), pero no convence a los votantes de la oposición, ya que solo un 15 % de los votantes de VOX y un 22 % de los votantes del PP está a favor de esa “insumisión”.

El estudio hace una curiosa pregunta, en la que evalúa si la población cree que todos los partidos deberían respaldar la decisión de Pedro Sánchez de solo invertir el 2,1 % del PIB en armamento. A lo que la población responde de manera mayoritaria: un 58 % opina que cada partido defienda lo que considere oportuno, mientras que el 34 % cree que todos los partidos deberían respaldar la decisión del presidente. Incluso entre votantes del partido en el Gobierno y su socio Sumar, casi un 30 % considera que debe haber respuesta propia de cada partido y no plegarse sin discusión a la propuesta de Sánchez.

Y aunque se quiere elevar este asunto a problema de primera índole, al preguntarse qué importancia tiene para el entrevistado que se decida o no destinar el 5 % del Producto Interior Bruto (PIB) de España a gastos en Defensa, resulta importante o muy importante para el 77 %, aunque ya vimos que, de manera espontánea, no surgía como preocupación prioritaria; de hecho, ni aparece.