7 de noviembre de 2025

El oro brilla en la tormenta: refugio ante la incertidumbre global

El oro brilla en la tormenta refugio ante la incertidumbre global
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En medio de una economía mundial marcada por tensiones geopolíticas, inflación persistente y señales de desaceleración, el oro ha vuelto a ocupar su trono como refugio por excelencia. Su precio supera los 4.000 dólares por onza, el nivel más alto de la historia reciente, impulsado por la combinación de miedo, política monetaria laxa y desconfianza en los mercados financieros tradicionales.

En tiempos de incertidumbre, los inversores tienden a huir de los activos de riesgo —bolsas, divisas o criptomonedas— y refugiarse en el oro, un valor tangible que no depende de bancos centrales ni de gobiernos.
El World Gold Council confirma que 2025 ha sido uno de los años de mayor demanda de oro físico y financiero, tanto por parte de fondos de inversión como de bancos centrales, especialmente en Asia.

El motivo es claro: el oro ofrece seguridad frente a la volatilidad y la erosión del poder adquisitivo, en un contexto donde las monedas fiduciarias pierden credibilidad.

Tras meses de endurecimiento monetario, la Reserva Federal ha iniciado una fase de relajación que está debilitando al dólar. Los mercados anticipan nuevos recortes de tipos de interés, y eso empuja a los inversores a buscar refugio en el metal amarillo.

Los analistas de UBS estiman que el oro podría mantenerse por encima de los 3.800 $ hasta finales de 2025, mientras que otros bancos como J.P. Morgan no descartan que siga escalando si las tensiones comerciales entre EE. UU., China y Europa se agravan.

El auge del oro no solo refleja temor económico: refleja también una crisis de confianza. Los conflictos en Oriente Medio, el avance de la guerra en Ucrania, la inestabilidad en EE. UU. bajo la nueva administración Trump y el debilitamiento de las monedas emergentes están redibujando el mapa financiero global.

Mientras las bolsas vacilan y los bonos pierden rentabilidad real, el oro se reafirma como símbolo de estabilidad en un mundo incierto.

A corto plazo, los expertos prevén que el precio se estabilice en niveles altos. Pero a medio y largo plazo, si continúan las políticas expansivas y la desglobalización económica, el oro podría consolidarse como el nuevo termómetro del miedo global.

Cada vez que el sistema tiembla, el oro recuerda su papel ancestral. No promete rentabilidad inmediata, pero ofrece algo más valioso: confianza en tiempos de duda.

Mario Opazo – Director de El Enclave
www.elenclave.es