El mercado inmobiliario de alto standing en España atraviesa un verano de récord. La demanda de viviendas de lujo en zonas costeras ha crecido a doble dígito, impulsada en gran parte por compradores internacionales que ven en España un destino seguro y atractivo para invertir.
Según datos del sector, la compraventa de propiedades de más de dos millones de euros ha aumentado un 30 % en los últimos meses, con especial concentración en enclaves como la Costa del Sol, Baleares y la Costa Brava. La temporada estival ha favorecido tanto el cierre de operaciones iniciadas meses atrás como la llegada de nuevos interesados que aprovechan su estancia vacacional para invertir.
El perfil predominante corresponde a compradores extranjeros de alto poder adquisitivo, que ya representan dos tercios de las operaciones en este segmento. Proceden principalmente de Latinoamérica, Europa occidental y países del norte de Europa, aunque también crece la presencia de clientes de Estados Unidos y Oriente Medio.
Los precios también reflejan este auge: las segundas residencias en zonas turísticas se han encarecido de media un 12 %, y hasta un 14 % en enclaves con alta presión de demanda, como Baleares o el litoral mediterráneo. La oferta limitada en las áreas más exclusivas acentúa esta escalada.
La Costa del Sol continúa como epicentro de este mercado. Municipios como Marbella, Estepona y Benahavís lideraron las ventas de alta gama con más de 8.000 transacciones en 2024, y concentran más de un tercio de las operaciones de extranjeros en Málaga durante este año. Casos como el de Higuerón, en Fuengirola, que ha entregado casi 400 viviendas de lujo bajo la fórmula de “branded residences” —con precios entre 800.000 y 5 millones de euros—, muestran la magnitud de esta tendencia: el 92 % de los compradores fueron internacionales.
Este repunte confirma que el sector inmobiliario de lujo en España no solo resiste, sino que se consolida como motor de inversión extranjera, en un contexto de desaceleración en otras ramas del mercado.