En España, los ministros deben informar de sus actividades públicas a través de la agenda del Gobierno, que incluye las actividades diarias del presidente, vicepresidentas y ministros. Esto forma parte de las medidas de transparencia y rendición de cuentas del Gobierno. De manera obligatoria, deben informar tanto de sus actos públicos como de sus comparecencias en Consejo de Ministros, plenos del Senado o del Congreso, y viajes oficiales. Si no hay actividades en esta web, significa que cierto ministro no ha realizado actividades laborales. No se trata de una omisión involuntaria o un “despiste”.
Desde El Enclave hemos analizado con datos que están a disposición de cualquier ciudadano (en la web de La Moncloa, donde diariamente se publica la agenda de los miembros del Gobierno). Los datos que se extraen son la enorme interés: desigual carga de trabajo entre ministros, uso de los actos oficiales para hacer campaña autonómica, uso público para actividades que no tienen mucho que ver con la cartera… Es interesante ver que hay ciertas actividades “extrañas” de las que no se informa en los medios. Y es más que evidente que hay ministros muy trabajadores, con agendas llenas de viajes, reuniones y eventos… y otros con agendas muy relajadas. También se observa que hay ministros que se saltan de manera sistemática las sesiones del Congreso o del Consejo de Ministros sin que haya un evento o reunión que lo justifique.
Para el análisis, consideramos 21 días laborables de mayo. El ministro con una agenda menos apretada es Óscar Puente, que en todo el mes de mayo, y con los retrasos en trenes provenientes del sur, solo ha tenido dos comparecencias en público: asistencia al Senado el 27 de mayo, y la entrega de premios “Tribuna Automoción”. Ha faltado a varios Consejos de Ministros y al resto de plenos tanto en Congreso como en Senado.
Evidentemente, ningún ministro tiene una agenda tan despejada como el señor Puente, pero las ministras de Vivienda y la ministra de Infancia y Juventud tampoco tuvieron demasiados compromisos en su agenda, constando 15 y 14 días respectivamente sin ninguna actividad.
Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, centró su trabajo en mayo en asistir dos días al Congreso (se saltó algunas sesiones sin que tuviera nada en agenda). Es muy destacable que, cada vez que se otorgan viviendas públicas, va a inaugurarlas. Concretamente, este mes se entregaron un día 56 pisos y otro día 32. Sánchez prometió 184.000 viviendas; al ritmo que llevamos de entregas por mes, se necesitarían en torno a 74 años para poder entregar lo prometido.
En cuanto a la ministra de Infancia y Juventud, Sira Abed Rego, su actividad parlamentaria se ha reducido a dos visitas: una al Congreso y otra al Parlamento, saltándose el resto sin tener otros compromisos en agenda. Otros ministros que también han contado con bastantes huecos en blanco en su agenda son Bustinduy, con 13 días sin actividad, al igual que Ana Redondo, Elma Saiz y María Jesús Montero.
Los ministros más trabajadores son Margarita Robles, con solo 7 días libres de compromiso; Grande-Marlaska y Yolanda Díaz, con 8. Ana Redondo, Urtasun y Mónica García, con 9 días libres. Albares y Aagesen, que solo tuvieron en el mes 6 días sin actividad.
Aparte de este análisis cuantitativo, interesa analizar cualitativamente las agendas de nuestros ministros. Además de las citas en su “agenda de ministro” (quizá deberíamos replantearnos esa expresión popular de “llevo una agenda que parece de ministro”), habría que valorar qué tipo de citas y cuán pertinentes o útiles para el ciudadano son esas reuniones.
De entrada, los ministros dedican mucho tiempo a entrevistas planificadas. Algunos visitan más la radio que algunos locutores. Siendo cierto que solo visitan ciertas cadenas de televisión y ciertas emisoras de radio. La ministra de Hacienda, en este mes, no ha dado ninguna entrevista a medios. Margarita Robles, Grande-Marlaska y Planas tienen agendas apretadas, pero no han tenido ninguna entrevista en mayo. Lo cual contrasta con Albares, ministro de Exteriores, que ha llegado a tener hasta 4 entrevistas en un día, y 9 en total en el mes. Ha sido entrevistado hasta por la cadena Al Jazeera.
Pilar Alegría, para ser portavoz, curiosamente no ha sido invitada a ninguna cadena ni de TV ni de radio. O al menos no ha aceptado acudir. Tampoco Hereu (ministro de Industria y Tursimo). Es Hereu uno de los ministros menos conocidos según el CIS.
A Bolaños no le gusta la radio, pero sí le invitan a TV. Es especialmente curioso que fuera citado por una televisión para hablar sobre la elección del papa León XIV. Urtasun también es más de TV: 4 entrevistas en un solo mes. En general, los ministros que pertenecen a SUMAR son más de radio, pero buscan no perder visibilidad a toda costa en televisiones y radios afines. Yolanda Díaz ha tenido 4 entrevistas, Mónica García 2 y Bustinduy, 3. En algunos casos, esta presencia en medios supone casi el 25 % de su actividad.
Lo esperable sería que los compromisos de los ministros fueran ligados a su cartera. Nada más lejos de la realidad de la política española. Observando la actidad de tres ministras, se podría llegar a la conclusión de que agendan sus actividades ministeriales pensando en su futura candidatura a presidentas de comunidad.
En este mes, la estrella ha sido María Jesús Montero, que más parece la presidenta de la Junta de Andalucía que ministra de Hacienda y viceministra. Con excepción de sus comparecencias en el Congreso y en el Senado, todos los actos a los que ha acudido en mayo han sido en Andalucía y muy poco ligados a su ámbito de actuación. Algunos son francamente peculiares y con claros fines de campaña para elecciones en Andalucía. Entre ellos, visitas a cooperativas en Málaga, inauguraciones en Huelva, poner la primera piedra en un carril bici de un pueblo de Sevilla. Y dos actos populistas: dar el título de doctora honoris causa a la jugadora de bádminton Carolina Marín; y la final de la Conference League de fútbol en Polonia entre el Betis y el Chelsea…
Diana Morant también está haciendo campaña en Valencia para las autonómicas. Parece que quiere aprovechar cualquier ocasión para acercarse a su tierra, independientemente de que el acto tenga o no relación con su cartera de Ciencia y Universidades. Ha asistido a la inauguración de la Feria del Libro en Valencia. También a la fiesta de Moros y Cristianos, y lo hizo en calidad de visita oficial.
Pilar Alegría tiene una agenda escasa en actos. Sin embargo, este mes ha asistido a dos inauguraciones: un centro logístico y un polígono empresarial en Aragón. Junto a Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, algo un poco inexplicable. Realmente cuesta ligar a una ministra de Educación con eventos ligados a Industria, fuera de que quiera abonarse el terreno para próximas elecciones en la comunidad aragonesa. En la agenda de la ministra Alegría hay una cita de gran importancia: su comparecencia en la Comisión de Investigación del Senado sobre los contratos públicos realizados durante la pandemia de COVID-19, asunto que tampoco ha tenido mucho seguimiento pese a lo trascendente.
Caso aparte es Mónica García, que tiene una agenda apretada. En su mayoría, con reuniones de su cartera. Pero gran parte de su tiempo lo dedica a hacer carrera en la OMS, ya que forma parte del Consejo Ejecutivo, con cinco reuniones en Suiza. Esto ha supuesto un 30 % de su dedicación en el cargo en mayo.
Al margen de intereses en convertirse en “baronesas” autonómicas o medrar en organismos internacionales, otros ministros cuelan en su agenda actos que nada tienen que ver con su trabajo. Podría parecer que están ligados a sus aficiones o gustos. En esto, Yolanda Díaz es una maestra. En el mes de mayo ha asistido a Cannes, ha ido a una entrega de premios de teatro y asistido a un estreno de cine en visita oficial. Ana Redondo también gusta de estrenos de películas y exposiciones de arte.
Las reuniones con embajadores y ministros de países extranjeros y los viajes tienen un importante hueco en las agendas de muchos de los ministros, y es lógico. Pero llama la atención el tipo de países con los que España mantiene estrechos contactos. Las reuniones y encuentros con distintos colectivos y personalidades palestinas han estado presentes en las agendas de Yolanda Díaz, Sira Rego, Mónica García o el ministro de Exteriores, Albares.
Es también sorprendente la alta relación con políticos de República Dominicana. En este mes, Albares se ha reunido con su homólogo en este país; y Grande- Marlaska se reunió con la ministra del Interior de este país también.
Siendo justos, hay ministros que sí tienen una agenda con vocación de servicio, y actos apropiados para su cargo. Destaca el ministro de Agricultura, Luis Planas. Ha tenido ocupados 16 días entre viajes a Japón para promocionar la agricultura española, reuniones en la UE y encuentros con colectivos agrícolas. Destaca en positivo Jordi Hereu, que en su apretada agenda solo ha tenido reuniones propias de su cartera de Turismo e Industria y con la OMT. Margarita Robles, ministra de Defensa, ha tenido el mismo día un evento en Dublín por la mañana y otro por la tarde en Cádiz.
Pero desde luego, el premio a la ministra más dedicada se lo debería llevar Sara Aagesen. Desde el apagón, no se ha perdido una sesión del Congreso, ha tenido 6 reuniones de crisis, dos encuentros con los ministros de Energía de Portugal y con su homólogo francés y marroquí. Además de reuniones con dirigentes de las principales empresas energéticas españolas, y aún ha tenido tiempo de conceder dos entrevistas en TV. Desde luego, energía y tiempo no le faltan a esta ministra, pero la realidad es que seguimos sin una explicación a lo ocurrido.
Como muchos ciudadanos (los que puedan permitírselo), los ministros ya estarán pensando en sus vacaciones, aunque para algunos sean más merecidas que para otros.