El pasado domingo 23 de febrero se celebraron elecciones anticipadas en Alemania. No exentas de polémicas, ya que para formarse gobierno el CDU (ganador) deberá pacta con otros partidos. La coalición debería estar antes de Semana Santa.
Las elecciones se convocaron de manera adelantada tras el colapso producido en 2024 en el gobierno de coalición de los socialdemócratas (SPD) los verdes y el Partido Liberal demócrata (FDP).
De estos comicios destaca la altísima participación que se cifra en l 83,5 % una cifra récord que es la más alta desde 1990, año de la reunificación alemana y que supuso las elecciones de las dos Alemanias juntas tras la caída del Muro de Berlín.
Los resultados suponen un claro cambio en el voto de los alemanes. Con unos grandes perdedores como son el SPD (cae 9,3% en votos), el FDP (cae un 7,1%), y los verdes (-3%), CDU/CSU crece un 4,4% y Die Linke crece un 3,9%, pero el crecimiento que ha sorprendido a todos y y que supone un genuino cambio de rumbo es el crecimiento del partido de Alice Weidel que crece un 10%
Traducido en escaños, la diferencia entre ganadores y perdedores se acentúa aún más. El SPD ha perdido 86 escaños respecto a 2021, mientras que la AfD ha sumado 69. El mapa electoral dibuja una Alemania dividida por un eje imaginario: al oeste, CDU/CSU domina en once estados, con excepción de Hamburgo y Bremen, donde ganó el SPD. Al este, AfD se impuso en cinco estados, todos en la antigua RDA, salvo Berlín, donde Die Linke obtuvo más votos.
Alemania sigue siendo un solo país, pero las urnas reflejan una fractura entre Este y Oeste.
También hay acusadas diferencias por edad; en el grupo de más de 45 años los votos están liderados por el CDU. El partido mas votado entre los 25 y 44 años es la Afd. Die Linke es el partido mas elegido por los jóvenes, esto es, entre 18 y 24 años.
Tanto hombres como mujeres votaron como principal opción a la CDU. Por géneros, donde se producen diferencias más acusadas es con Afd, pues fue votada por 1 de cada 4 hombres, con resultados mas modestos entre las mujeres. Al revés ocurre con Die Linke, votada por el 11% de las mujeres, pero solo por el 7% de los hombres. Los verdes son más votados por las mujeres.
Otro curioso fenómeno es que el voto a la “extrema derecha” se da sobre todo entre obreros. En este colectivo obtuvo un 38%, y creció 17 puntos. Entre los parados obtuvieron un 34% de votos, creciendo también 17 puntos. En asalariados y autónomos creció entre 10 y 12 puntos. Así, ; así, el SPD también pierde voto entre parados y pensionistas. Quizá este es un voto de castigo desde las clases que más están sufriendo la recesión alemana.
El análisis del trasvase de votos desde 2021 revela cambios significativos en las preferencias de los electores. El SPD, que gobernó hasta estas elecciones, ha visto cómo casi 2 millones de sus votantes han migrado al CDU, Die Linke y BSW. Sin embargo, el dato más llamativo es que unos 720.000 exvotantes del SPD han apoyado esta vez a la AfD, un giro radical hacia la extrema derecha.
Por otro lado, el FDP ha obtenido casi 1,8 millones de votos de ciudadanos que no participaron en 2021, además de 1,1 millones de votos procedentes de antiguos votantes del CDU. El votante del partido verde que cambia su voto lo hace principalmente hacia Die Linke.