11 de agosto de 2025

Un ciudadano marroquí, ha sido condenado,...

Un hombre, de origen subsahariano, fue...

España sin receta: el colapso de medicamentos se ceba ahora con los antidepresivos

España sin receta
Valora este artículo

El desabastecimiento de medicamentos en España ha alcanzado cotas alarmantes este verano de 2025, afectando especialmente a los fármacos dirigidos a trastornos mentales. A la cabeza del ranking se encuentra el antidepresivo Anafranil, seguido por Ludiomil y Norebox, en un fenómeno que no solo pone en jaque a pacientes sino que evidencia la descoordinación entre Gobierno, farmacéuticas y distribuidoras.

Lejos de remitir, el problema se agrava año tras año, con un repunte notable respecto a 2024. Según datos recogidos por varias fuentes sanitarias, los reportes por falta de antidepresivos se han cuadruplicado respecto al mismo periodo del año anterior. Esta situación no afecta solo a la salud mental, sino que también genera una crisis de confianza en el sistema sanitario.

En 2024, los problemas se concentraron en tratamientos para la diabetes y el TDAH, como el Ozempic o el Concerta. Ahora, el foco está en trastornos emocionales y psiquiátricos, una tendencia que preocupa profundamente a médicos y farmacias, que deben improvisar soluciones mientras el Gobierno continúa sin ofrecer un plan eficaz a medio plazo.

Peor aún: el 16 % de los medicamentos afectados no cuenta con ninguna alternativa terapéutica. Es decir, los pacientes quedan desamparados, sin opción alguna de continuidad de tratamiento. El caso de los menores con TDAH o de los enfermos crónicos que dependen de antidepresivos para mantener su funcionalidad diaria son ejemplos flagrantes.

Pese a la magnitud del problema, las autoridades sanitarias siguen tratando el asunto como algo puntual o asumible, minimizando su impacto real. El desabastecimiento ya no es una excepción: se ha convertido en una norma de funcionamiento que afecta a decenas de miles de pacientes cada semana.

El silencio institucional y la falta de medidas estructurales —como incentivos a la producción nacional, control logístico o transparencia en la trazabilidad— convierten esta crisis en una negligencia política sostenida. Se prometieron reformas, agilizaciones legales y refuerzos de stock… pero el resultado tangible es el mismo: cada vez hay más fármacos vacíos en las estanterías.