Las políticas de Milei son hoy el modelo soñado de Ayuso, Abascal, Alvise y buena parte de la derecha española. La “motosierra” aplicada en Argentina se presenta como una receta mágica: menos Estado, menos impuestos, más mercado. Pero cuando uno rasca los eslóganes y mira la realidad, lo que encuentra en el supuesto “milagro argentino” es otra cosa: más paro, más precariedad y más pobreza.
Milei asumió en diciembre de 2023 la presidencia con una inflación mensual superior al 25 %, un peso hundido y una economía golpeada por la deuda en dólares, especialmente contraída durante la etapa de Macri. Para revertir esta situación, apostó por la vieja receta neoliberal: reducir la inflación y avanzar hacia la dolarización.
Así, tras una explosión inflacionaria inicial, el gobierno ha reducido la inflación mensual hasta el 1,5 % en mayo de 2025. Pero ¿a qué precio?
La reducción inflacionaria ha venido acompañada de un desplome económico: la industria ha caído un 9,2 %, la construcción un 17,7 % y el comercio un 7,3 %. Las pensiones han sufrido recortes severos, el desempleo ha alcanzado el 7,9 % (la cifra más alta desde la pandemia), los salarios reales se han hundido más de diez puntos y la pobreza infantil ha superado el 50 %. Todo ello, en medio de una oleada de recortes y privatizaciones que culpaban al gasto público, pese a que sus niveles son muy inferiores a los de países como Suecia o Francia.
Durante su presidencia, Milei ha tenido que tragarse sus propias palabras. Prometió que no emitiría “ni un peso más” y lo hizo hasta alcanzar cifras récord mientras la inflación bajaba, así como prometió que se cortaría un brazo antes de subir impuestos, pero subió el Impuesto PAIS, gravó importaciones, reintrodujo tramos del impuesto a las ganancias e incrementó la presión sobre pymes mientras tanto, eliminó tributos que afectaban a grandes exportadores.
Y respecto a la deuda, Milei pasó de denostar al FMI a convertirse en su principal deudor: más de 40.000 millones de dólares ya comprometidos, con nuevos acuerdos en 2025 que podrían elevar la cifra a 60.000 millones. Las condiciones son las de siempre: recortes, privatizaciones y venta de los recursos del país a capitales extranjeros.
Como guinda, el escándalo de la criptomoneda LIBRA, promovida por el propio Milei y su entorno, ha dejado 74.000 damnificados y 87 millones de dólares desaparecidos. Una estafa de manual que evidencia la alianza entre neoliberalismo y especulación financiera.
El modelo de Milei no es nuevo. Es el que aplicaron anteriormente gobernantes como Pinochet, Videla, Menem y tantos otros en Hispanoamérica, por influencias norteamericanas, y siempre con los mismos nefastos resultados en perjuicio de la clase trabajadora.