El pasado miércoles 15 de mayo las autoridades francesas decretaron el Estado de Emergencia en Nueva Caledonia debido a los disturbios y protestas generados por la aprobación de la nueva reforma electoral que otorgaría la posibilidad de voto a los ciudadanos franceses que residan al menos seis años en el territorio francés.
El numero de muertos se ha elevado a seis. Entre los fallecidos se encuentran dos gendarmes y cuatro civiles. Se trata de la peor crisis en Nueva Caledonia desde 1988, año en el que fallecieron 21 personas en otra revuelta. La autoría ha de deberse al grupúsculo independentista ‘Célula de coordinación de acciones sobre el terreno’ (CCAT), que cuentan con el apoyo del Frente de Liberación Kanak Socialista (FLNKS) de acuerdo a las autoridades francesas.
El epicentro de las insurrecciones es Noumea, la capital de Nueva Caledonia. El presidente del partido independentista, Louis Mapou llama a la calma mientras los insurrectos continúan emprendiendo acciones contra las autoridades francesas ante una reforma que consideran en beneficio de los franceses y en detrimento de lo canacos.
«Nos ha conmovido profundamente la noticia del fallecimiento de uno de nuestros gendarmes del escuadrón de Melun, en Nueva Caledonia. Los pensamientos de la nación están con su familia, sus seres queridos y todos sus hermanos de armas, cuyo compromiso de protegernos impone respeto», ha declarado el presidente francés en X.