En estos días ha tenido lugar uno de los primeros actos públicos del recién investido presidente Sánchez visitando el paso fronterizo de Rafah, el cual ha aprovechado dicho “paseo internacional” para cargar duramente contra el Estado israelí y abogar por el reconocimiento unilateral del Estado palestino, en caso de que la Unión Europea no decida remar en dicha posición.
Unas declaraciones que ya han tenido respuesta por parte del grupo integrista de Hamás agradeciendo tal postura mantenida por el presidente español, una reacción que ya ni sorprende, habida cuenta que hace tiempo que dejó de ser noticia que grupos integristas islámicos aplaudan las decisiones del PSOE.
Unas declaraciones realizadas por Pedro Sánchez que muestran a las claras la postura cínica e hipócrita del Gobierno español, que únicamente se une al reciente giro de la Unión Europea a denunciar las actuaciones del Estado israelí, mientras calla con la situación del pueblo saharaui y armenio.
¿Acaso esa política genocida que lleva a cabo Israel contra el pueblo palestino es inferior a la ejercida por Mohamed VI contra el pueblo saharaui? ¿Dónde está Pedro Sánchez para denunciar el genocidio del pueblo armenio por Azerbaiyán con la complicidad de la Unión Europea y el islamista de Erdoğan?
Los partidos del sistema, independientemente del color que revistan, tan solo denuncian lo que marque la agenda del capital y de la Unión Europea, no existe diferencia alguna entre las políticas aplicadas por Netanyahu, Mohamed VI o Erdoğan, todas ellas contemplan el exterminio y genocidio de un pueblo para la imposición del capital.
Las declaraciones de Sánchez, no son más que eso, declaraciones, que, pese al carácter simbólico de las mismas, jamás las veremos expresar en tales términos respecto de otros pueblos, con tal de mantener el modelo migratorio que conlleva la destrucción y desaparición de nuestra cultura, la degradación de nuestras ciudades y barrios, y la pauperización de todos nosotros, los trabajadores. Este Gobierno es capaz de tragar con cualquier atrocidad que cometa Marruecos contra el pueblo saharaui.