La debacle migratoria en el Reino Unido no es algo nuevo para nadie. El 14% de la población británica es extranjera comenzando por los polacos, que son la primera nacionalidad, y seguido por India y Paquistán. En Londres la cosa es mucho más grave. Es bastante complicado conocer a un inglés nacido en Londres. El 45% de la población de la capital inglesa ha nacido fuera de Inglaterra. Además, muchos de los jóvenes ingleses van a Londres en busca de trabajo, de ahí que sea tan complicado encontrar a alguien que sea realmente de la ciudad.
En 2020 se produjo el Brexit lo que dificultaría a los ciudadanos europeos el ir a trabajar allí. Era común encontrarse con jóvenes europeos, entre ellos muchos españoles, que viajaban a Inglaterra para trabajar una temporada con el objetivo de mejorar su inglés. Ahora esto ya no es tan sencillo.
El Brexit fue beneficioso para los trabajadores británicos, ya que, experimentaron una ligera mejora de sus condiciones laborales y salariales. De pronto las empresas comenzaron a cuidar un poco mejor a sus trabajadores. Un trabajador medio en un almacén automatizado en Londres podía llegar a cobrar en torno al salario medio anual unos 35000 libras al año en el 2020. Además con el temor de la fuga de mano de obra, las empresas podían permitirse aplicar una mejora salarial de 10000 libras más al año, así como, ofrecer mejorar sustanciales de horario y condiciones laborales.
Sin embargo, lo cierto es que la tendencía al decrecimiento de la inmigración proveniente de la UE no ha impredido que, en términos absolutos, la inmigración aumente. En específico, es la inmigracion proveniente de Oriente Medio y de África la que no ha parado de incrementarse. El problema reside que existe un numero elevado de parados dentro de la comunidad inmigrante, cuestión muy problemática en un país que necesita mano de obra como es el Reino Unido. Y es que, este país es también conocido por ofrecer una amplísima gama de ayudas de todo tipo para todos los «asylum seekers» (demandantes de asilo político) ya sea en forma de dinero mensual, subvenciones a la vivienda, o ambas a la vez.