Torrelavega y, más concretamente barrios como La Inmobiliaria, están sufriendo los estragos de criminalidad e inseguridad que ocurren en otras zonas obreras del país. Este pasado lunes fueron detenidas dos personas en este mismo barrio por un tiroteo ocurrido en la calle Pintor Varela que dejó a una persona herida.
Este hecho se suma al general incremento de la criminalidad en la localidad cántabra. Según datos del Ministerio de Interior, Torrelavega ha experimentado un aumento de delitos cometidos del 4,3% respecto a 2023. La subida es más grande si nos enfocamos en delitos muy graves como homicidios, con un incremento del 250%; o agresiones sexuales, un 50% más.
Contra esta situación, la Asociación de Policías Locales y Bomberos de Torrelavega (APLB) ha alzado la voz, denunciando la insuficiencia de efectivos y criticando la gestión de seguridad municipal. Según los portavoces, en algunos turnos apenas hay tres agentes, lo cual resulta insuficiente. El sindicato policial ha señalado también la falta de medios ante una escalada criminal que consideran alarmante.
La alerta de los agentes contrasta con la tranquilidad del Ayuntamiento de Javier López Estrada (PRC), que califica los hechos de aislados. Unos hechos aislados que ya señalaba el pasado año en varias ocasiones, señalando que Torrelavega es una ciudad tranquila y segura.
El Ayuntamiento de coalición del Partido Regionalista Cántabro y el PSOE se empeña en vender esta seguridad. La cual ha sido desmentida por el sindicato policial, que cargó contra el consistorio criticando el ocultamiento de un tercio de las actuaciones criminales.
Mientras tanto, los vecinos de Torrelavega muestran una preocupación que no deja de crecer, demandando al ayuntamiento medidas que garanticen la seguridad. Los vecinos de barrios como La Inmobiliaria, Campuzano o Covadonga, que en gran medida son personas mayores, son los más vulnerables, estando atemorizados y apenados por esta tensión constante.
En este escenario de criminalidad e inseguridad que viven los torrelaveguenses se encuentra también el aumento de población inmigrante de mayoría marroquí en la localidad cántabra. Este factor ha convertido en potenciales guetos barrios históricamente obreros.
