Recientemente, Irlanda del Norte ha sido escenario de disturbios relacionados con la inmigración. En la ciudad de Ballymena, se han producido tres noches consecutivas de violencia tras la detención de dos adolescentes inmigrantes acusados de agresión. Estos disturbios han incluido la destrucción de propiedades, incendios y enfrentamientos con la policía, resultando en varios heridos y arrestos
Aunque esta vez ha ocurrido en Irlanda del Norte (Reino Unido) la situación no es muy distinta en la vecina República de Irlanda. Este sentimiento se remonta a hace años. Desde 2022 en Dublín, se repiten las manifestaciones en respuesta al aumento de solicitantes de asilo provenientes de Irlanda del Norte. Y la tensión entre Londres y Dublín ha aumentado debido al «Plan Ruanda» del Reino Unido; este plan afecta a la política migratoria en Irlanda. Este Plan lo impuso el gobierno del Reino Unido en abril de 2022. Según este plan, los inmigrantes ilegales y solicitantes de asilo que lleguen al Reino Unido, serían enviados a Ruanda para que sus solicitudes de asilo sean procesadas allí. Aquellos que sean reconocidos como refugiados; podrán quedarse en Ruanda, pero no se les permitirá regresar al Reino Unido.
El objetivo del plan es disuadir a los inmigrantes de intentar llegar al Reino Unido de manera ilegal, especialmente a través de embarcaciones desde Europa continental. Sin embargo, el plan ha sido muy controvertido. Entre otras razones por el efecto que ha tenido en Irlanda, ya que muchos inmigrantes ilegales huyeron del Reino Unido a través de la frontera de Irlanda del Norte para evitar la expulsión. Esto ha provocado numerosas protestas debido al aumento de solicitantes de asilo, muchos de los cuales han instalado tiendas de campaña cerca de la Oficina de Protección Internacional en Dublín.
Se llegaron a acumular tiendas de campaña donde los jóvenes dormían, tenían que lavarse y cocinar en la calle y dependían de locales para cargar la batería de sus teléfonos. A mediados de 2024, las autoridades irlandesas desalojaron el campamento y distribuyeron a solicitantes de asilo a centros de acogida de emergencia. Esto lleva a una situación de inmigrantes y personas sin hogar viviendo en condiciones precarias en las calles de Dublín. Situación que se agravo con la llegada de más de 100.000 refugiados ucranianos desde el inicio de la guerra en Ucrania
Pero las tiendas de campaña vuelven a aparecer cada cierto tiempo para volver a ser desalojadas. A esto se une la profunda crisis de vivienda en Irlanda, lo que hace que la situación se agrave aún más. La percepción de que los inmigrantes compiten por empleos, viviendas y recursos ha aumentado, especialmente en áreas urbanas como Dublín, donde la crisis de vivienda es especialmente aguda.
Según los últimos datos disponibles, Irlanda tiene aproximadamente 871.256 inmigrantes, lo que representa alrededor del 17.2% de la población total. La inmigración se incrementó un 31% en 2023.
La integración cultural en Irlanda es un proceso que se ha promovido activamente para facilitar la inclusión de inmigrantes. Ha habido iniciativas gubernamentales, en las que el gobierno irlandés ha implementado programas para apoyar la integración de inmigrantes: cursos de idioma, talleres culturales y programas de mentoría
Por otra parte, los inmigrantes tienen acceso a la educación pública, y hay programas específicos para ayudar a los estudiantes extranjeros a integrarse en el sistema educativo. Y existen políticas para facilitar la inserción laboral de los inmigrantes, incluyendo programas de formación y apoyo para el reconocimiento de cualificaciones extranjeras.
Pero pese a todas estas medidas y el tradicional carácter irlandés amable y hospitalario hacia el extranjero, la insatisfacción de la sociedad irlandesa es evidente. La población irlandesa está mostrando signos de creciente tensión y rechazo hacia los inmigrantes. Además de los referidos incidentes en general hay una hostilidad latente con consignas como «Irlanda está llena».
Y las encuestas recientes sobre la opinión pública en Irlanda muestran una creciente preocupación por la inmigración. Según los datos del Eurobarómetro, aproximadamente el 60% de los irlandeses tienen sentimientos negativos hacia la inmigración. Además, una encuesta de la agencia privada de investigación Ipsos reveló que el 55% de los encuestados en Irlanda creen que hay demasiados inmigrantes en el país.
Las tensiones sociales podrían aumentar de seguir así la situación.