11 de agosto de 2025

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Los obispos españoles se alinean con el islam político y acusan de “discriminación” a quienes defienden el uso civil de los espacios públicos

Los obispos españoles se alinean con el islam político y acusan de “discriminación” a quienes defienden el uso civil de los espacios públicos
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En una sorprendente muestra de condescendencia institucional, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha salido en defensa de los actos religiosos islámicos celebrados en instalaciones municipales, tras la polémica decisión del Ayuntamiento de Jumilla (Murcia) de limitar el uso de polideportivos y recintos públicos a su finalidad original: la actividad deportiva.

En lugar de reconocer el legítimo debate que plantea el uso confesional de espacios públicos costeados por todos los ciudadanos, los obispos han preferido acusar a PP y Vox de “discriminación religiosa”, calificando la medida de “indigna de una sociedad democrática”. En su comunicado conjunto con la Comisión Islámica de España, insisten en que prohibir el rezo colectivo del fin de Ramadán en un polideportivo atenta contra la libertad religiosa.

Neutralidad institucional o confesionalismo encubierto

La medida de Jumilla no impide rezar, sino que restringe el uso de instalaciones municipales a los fines para los que fueron creadas, con las mismas normas para todos. Exigir excepciones por motivos confesionales es, en sí mismo, una forma de privilegio.

¿Defensores de la fe o rehenes del multiculturalismo?

Resulta llamativo que la CEE se muestre más combativa ante una decisión municipal que frente a leyes que erosionan la moral cristiana o que socavan el orden natural. Mientras el catolicismo retrocede en España y muchos templos se vacían, los obispos se preocupan ahora por facilitar cultos islámicos en recintos públicos, en nombre de un mal entendido pluralismo.

No se trata de atacar a ninguna confesión, sino de recordar que la convivencia no se construye cediendo espacios públicos a prácticas religiosas sin consenso ni límites, sino garantizando reglas claras, aplicables por igual a todos.

Lo que se juega en Jumilla no es una mera cesión de instalaciones, sino el modelo de convivencia que queremos preservar. La libertad religiosa no es superior al principio de igualdad ante la ley, y la Iglesia española haría bien en defender la libertad de todos sin caer en la complacencia multiculturalista que tanto daño ha causado a Europa.