22 de agosto de 2025

Los salarios se enfrían mientras la cesta de la compra se dispara

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La cesta de la compra en España se ha encarecido un 38 % desde 2020. Lo que hace cuatro años costaba 100 euros hoy supera con holgura los 135, según la OCU y los últimos datos del IPC. Pan, carne, huevos, pescado o fruta se pagan ahora a precios nunca vistos.

Fuente: INE, OCU

Mientras tanto, los salarios han avanzado mucho más despacio. El salario medio apenas pasó de 25.165 euros en 2020 a unos 28.050 en 2023, un crecimiento nominal del 11,5 %, insuficiente frente al encarecimiento de los alimentos. El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subió de 950 € en 2020 a los 1.184 € fijados para 2025, una mejora notable, pero aún muy lejos del 38 % de subida acumulada de la cesta. En la práctica, las familias compran hoy mucho menos con el mismo dinero que antes de la pandemia.

Fuente: INE

El impacto no es igual para todos. Los hogares con menos recursos destinan más del 60 % de su presupuesto conjunto a vivienda y alimentación, según la Encuesta de Presupuestos Familiares, lo que los deja especialmente expuestos a la escalada de precios. Para muchos significa recortar en carne, pescado fresco, fruta o cambiar a productos más baratos y de peor calidad. Las rentas medias también sienten la presión: llenar un carro estándar cuesta hoy unos 20 euros más que hace cuatro años, según cálculos de la OCU.

El Gobierno intentó contener la escalada con la rebaja del IVA en alimentos básicos. La CNMC y el Banco de España constataron que la medida se trasladó en gran parte al consumidor, pero su efecto fue insuficiente: la inflación general se ha moderado, sí, pero los precios de la comida siguen siendo la gran losa en el bolsillo.

Fuente: INE, Ministerio de Trabajo

Mientras tanto, los grandes supermercados continúan presentando beneficios récord. Mercadona cerró 2024 con 1.384 millones de euros netos, un 37 % más que el año anterior, y Ahorramás logró 126,5 millones, la cifra más alta de su historia. Según el Observatorio de Márgenes Empresariales, el sector de la alimentación mantiene niveles de rentabilidad por encima de los anteriores a la pandemia.

El desequilibrio es evidente: los costes se socializan, los beneficios se concentran. Mientras los dividendos crecen, los hogares ajustan menús, sacrifican preferencias y aplazan compras. El problema ya no es solo llenar la nevera, sino comprobar que el esfuerzo no alcanza. Desde 2020, el poder de compra de los españoles se ha encogido como no ocurría desde la Gran Recesión, y no hay señales de que la tendencia vaya a revertirse.