El pasado sábado, la CIE (Comisión Islámica de España) reelegía a su presidente, Aiman Adlbi, para un nuevo mandato de cuatro años, a pesar de estar siendo investigado por financiación de grupos yihadistas.
La reelección se produjo gracias a los votos de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), que él mismo preside. Adlbi es de origen sirio y afín al movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes.
La otra organización con fuerza en la CIE es la Federación Española de Entidades Religiosas Musulmanas (FEERI), controlada por musulmanes afines a Marruecos. Esta organización se prepara para ocupar la presidencia de la CIE, ya que esperan que Adlbi no termine su mandato, ya sea porque sea juzgado por los delitos por los que se le está investigando o por su avanzada edad. La fuerza de la FEERI reside en que el 70% de los musulmanes en España son de origen marroquí.
El representante de la FEERI en Ceuta, Abdelmalik Mohamed Amar, declaró al diario El Mundo que «para la estabilidad de Ceuta es fundamental que las mezquitas y otros lugares de culto sigan gestionadas por el ministerio de Asuntos Islámicos» desde Rabat, modelo que sería trasladado a las mezquitas de toda España de hacerse con el control de la CIE.
La importancia de la CIE es que esta organización es el interlocutor oficial de la comunidad musulmana en España con el Estado.