El mercado financiero vive una nueva ola de emisiones de deuda protagonizada por las grandes tecnológicas estadounidenses. Según datos publicados por Cinco Días y Financial Times, las emisiones del sector superarán los 200.000 millones de dólares en 2025, impulsadas por la inversión masiva en inteligencia artificial (IA) y nuevas infraestructuras digitales.
Meta marca un récord con una emisión de 30.000 millones
La última operación destacada ha sido la de Meta Platforms, matriz de Facebook, que ha colocado 30.000 millones de dólares en bonos, su mayor emisión hasta la fecha. La demanda superó todas las expectativas, con órdenes por más de 125.000 millones, según Bloomberg.
Pese a que la compañía de Mark Zuckerberg ha presentado resultados financieros moderados, la acogida del mercado refleja la fuerte confianza de los inversores en la expansión de la IA, considerada por muchos como el nuevo motor de crecimiento de las grandes tecnológicas.
Una tendencia global impulsada por la inteligencia artificial
Meta no está sola en esta carrera. En los últimos meses, compañías como Oracle, Amazon, Microsoft y Alphabet (Google) han recurrido a la financiación mediante bonos para reforzar sus inversiones en centros de datos, chips de última generación y software de inteligencia artificial.
Solo en los primeros nueve meses del año, el volumen de deuda emitido por el sector tecnológico alcanzó los 157.000 millones de dólares, un 70% más que en el mismo período del año anterior. La previsión es que, antes de finalizar 2025, la cifra total supere holgadamente los 200.000 millones.
El precio del futuro digital
El auge de la IA ha disparado los costes de infraestructura y el consumo energético de las grandes plataformas, que necesitan ingentes cantidades de capital para mantener su ventaja competitiva. Por ello, cada vez más empresas optan por recurrir al crédito, incluso teniendo balances sólidos.
Sin embargo, los analistas advierten de posibles riesgos. La concentración de deuda en un reducido grupo de gigantes tecnológicos podría generar desequilibrios en el mercado de crédito si la rentabilidad esperada de la IA tarda en materializarse. También existe preocupación por un posible “efecto burbuja” en torno a las expectativas de esta tecnología.
Una apuesta a largo plazo
Aun así, los inversores mantienen su confianza en el potencial transformador de la inteligencia artificial. Para ellos, las emisiones de deuda no son un signo de debilidad, sino una apuesta estratégica por dominar el futuro digital.
Mientras tanto, Meta y el resto de las grandes tecnológicas consolidan su posición no solo como líderes tecnológicos, sino también como actores de peso en los mercados financieros globales.