Lo que debía ser un encuentro de autocelebración entre los seguidores de Podemos terminó con un momento de tensión para sus dirigentes. El domingo 2 de marzo, Irene Montero, Ione Belarra y otras líderes del partido morado se reunieron en Valencia para celebrar «La Quinta», una de sus habituales asambleas en las que intentan revitalizar su menguante base de militantes y reafirmar sus postulados ideológicos.
Sin embargo, lo inesperado ocurrió cuando Irene Montero tenía la palabra. En pleno discurso, una mujer entre el público se levantó de su asiento y alzó la voz, rompiendo la atmósfera de complacencia que dominaba la sala. La protagonista del incidente era Carmen López Manzano, portavoz del Frente Obrero, quien había logrado burlar la seguridad ataviándose con ropajes de estilo musulmán y cubriendo su cabeza con un velo.
De este modo, pasó desapercibida entre los asistentes hasta que, en el momento clave, se dirigió a la exministra con una acusación contundente: «¡El feminismo es cómplice del patriarcado islámico!»
Durante unos segundos, la sorpresa se apoderó de la sala. Montero y Belarra quedaron desconcertadas. Mientras tanto, parte del público intentó contrarrestar el ataque coreando «¡Sí se puede!». Pero Carmen López no se detuvo . Con firmeza, continuó denunciando la contradicción que, en su opinión, define la postura del feminismo oficialista con respecto a la cultura islámica: «Mientras en los países musulmanes asesinan a las mujeres que llevan el velo, aquí lo estáis defendiendo».
Su afirmación hacía referencia a las posturas adoptadas en los últimos años por el Ministerio de Igualdad y Podemos, que han defendido el uso del velo como «símbolo de empoderamiento» y una elección personal dentro del multiculturalismo. Sin embargo, para el feminismo tradicional y una parte significativa de la sociedad, el velo e una imposición y un mecanismo de control sobre la mujer.
Mientras la tensión crecía en la sala, Carmen López tomó su velo, lo lanzó al suelo y sentenció: «Esto es lo que les espera a las mujeres con este Gobierno, que no ha parado de aumentar las agresiones sexuales y las violaciones».
La seguridad del evento reaccionó tarde, pero logró sacar a López de la sala, mientras Montero intentaba recuperar el control del acto. Tras la expectación generada, Carmen López se pronunció en su cuenta de X para reafirmar su postura y responder a las críticas que recibió desde sectores de la izquierda: «No soy fascista, soy una mujer española que no quiere que el patriarcado islámico que defendéis se imponga en mi país».