La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, (Partido Socialdemocrata9 anuncio la semana pasada su plan para prohibir el uso de prendas como el niqab en los colegios y universidades de todo el país
La prohibición se aplica a los estudiantes, el personal docente y el personal de las instituciones educativas, tanto en horario escolar como en actividades o clubes extraescolares. La declaración oficial del gobierno noruego afirma que niqabs y burqas «impide la comunicación entre estudiantes y maestros». El ministro de Educación e Investigación dijo que no quieren ropa cubriendo la cara como “Noruega es una sociedad abierta donde estamos acostumbrados a vernos cara a cara”
Este proyecto no es exactamente nuevo, ya que los primeros movimientos y llamamientos a la prohibición del burqa y niqab fueron hechos por primera vez por el partido Progreso en 2003, mucho antes de que se unieran al gobierno de coalición en 2013. Esta moción fue rechzada. En 2016 el tema se llevó a consultas formales al Parlamento noruego, pero la ministra de integración en ese momento Sylvi Listhaug declaró que el gobierno no perseguiría una prohibición nacional de los niqabs y otras prendas de cubierta facial.
El ministro Listhaug consideró que la cuestión no tenía el apoyo de la mayoría del Parlamento, ya que el Partido Laborista y el Partido Liberal estaban en contra en ese momento.
En la actualidad el gobierno es de coalición, y ante una petición del partido liberal (a través de su minisro de Educación se ha vuelto a hacer la prepuesta. Esta vez la propuesta fue vista favorablemente y en junio, con 91 votos a favor y 8 en contra. Los votos en contra el proyecto de ley eran representantes de los partidos rojos y verdes, mientras que la izquierda socialista estaba a favor de la prohibición, pero sólo para los maestros, no estudiantes.
Según la primera ministra las razones de la prohibición y ha aclarado que “Dios debe quedar a un lado” para que “la democracia preceda” cuando se trata de la educación. Frederiksen remarcca y advierte de la existencia de “represión inherente al control social dentro del islam”.
Su plan continuo la retirada de salas destinadas al rezo en instalaciones educativas. “Tenemos el derecho a ser creyentes y practicar nuestra religión, pero la democracia va primero. Con esto, se busca “dejar claro que las universidades no deben contar con instalaciones religiosas” y ha instado a los citados ministros a “lograr soluciones conjuntas”
Las nuevas medidas contemplan multas para aquellas mujeres que presenten un velo cubriendo el rostro.
A pesar de haber sido discutido durante un período más largo de tiempo, Noruega no es el primer país en aprobar dicha prohibición.
Estas medidas ya se han tratado de aplicar o han comenzado a aplicarse en otrso países como Francia. Que prohibió por primera vez el uso de prendas de vestir en público en 2011, una ley que se divide a la poblacion hoy y ha sido criticada por Amnistía Internacional. Esta que cree que todas las mujeres deben estar libres de usar ropa que exprese su identidad o creencias., El director europeo de Amnistía ha declarado que “es posible que algunas restricciones específicas al uso de velos de cara completa para la seguridad pública sean legítimas, esta prohibición general no es necesaria ni proporcional y viola los derechos a la libertad de expresión y religión”.
Otros países como Holanda y Suecia se lo están planteando.
En España ha habido algunos intentos como en el ayuntamiento de Tarrasa. Caso aparte es el movimiento «Por una España libre de velos«, iniciada por las profesoras universitarias Sonia Sierra y Elena Ramallo propuesta en abril de 2025, proponen legislar la prohibición del hiyab en centros escolares y del niqab y burka en espacios públicos.
Las Profesoras argumentan que estas prendas, especialmente cuando son impuestas a menores, vulneran los principios de libertad, igualdad y dignidad humana consagrados en la Constitución española. Señalan que el uso del velo puede dificultar la audición en el aula y transmitir un mensaje de sumisión femenina, mientras que el ocultamiento total del rostro compromete la seguridad ciudadana.
La iniciativa ha generado un amplio debate social y político, con más de 8.700 firmas recogidas hasta la fecha. Las promotoras apelan a la ciudadanía para respaldar esta propuesta, destacando que no se trata de una cuestión de racismo o intolerancia, sino de defender los derechos humanos de todas las mujeres y niñas.