En la frontera entre Polonia y Alemania, hombres vestidos con chalecos refeltantes, y armados con palos, hacen lo posible por frenar la inmigración ilegal. Les acompaña su líder, Robert Bakiewicz, representante del frente del movimiento de defensa de las fronteras (ROG) polaco. Cubren los bosques de Lusacia y Baja Silesia. Son las nuevas patrullas voluntarias de vigilancia fronteriza.

«Salieron de entre los árboles. Nos detuvieron. Nos pidieron los documentos y les hicieron fotos con sus teléfonos. Después nos llevaron hasta la policía», declaró uno de los inmigrantes. Este movimiento nació, el pasado 11 de abril, en una convención nacional. Además de patrullar, organizan manifestaciones contra las políticas migratorias de la UE, incluso se muestran críticos con el presidente Donald Tusk.

El gobierno polaco, por su parte, ha decretado controles fronterizos, por lo menos hasta el 5 de agosto. «Ya advertí a la parte alemana en marzo y hablé de ello varias veces con el nuevo canciller», aclaró el primer ministro polaco.

El conflicto migratorio tuvo especial relevancia en los últimos comicios, donde desempeño un buen papel, Karol Nawrocki del partido ley y justicia (PIS), tanto éste como el líder de Konfederacja, otro partido polaco, tienen como prioridad la defensa de las fronteras.