Ya ha quedado clara la pretensión del Presidente del Gobierno de gobernar un año mas sin presupuestos generales, prorrogando por segunda vez los del año 2023. Como mínimo, esto, tiene una ética dudosa.
No hace tanto, en 2018, Pedro Sánchez, entonces líder de la oposición, criticó duramente a Mariano Rajoy por no poder aprobar los Presupuestos Generales. Y afirmó que, si un gobierno no podía aprobar sus presupuestos, debía convocar elecciones anticipadas.
Estos continuos cambios de opinión ya no sorprenden a nadie. Al margen de esta escasa ética, el hecho de esperar a que se prorroguen los anteriores sin razón que lo justifique, roza lo anticonstitucional.
En el artículo 134 se regula el proceso de elaboración y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Es muy claro en cuanto a la responsabilidad, los plazos y modos de elaboración. Se indica “corresponde al Gobierno la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, y a las Cortes Generales, su examen, enmienda y aprobación”
También indica su carácter anual, que debe incluir la totalidad de los gastos e ingresos del sector público estatal. Según este mismo articulo, el Gobierno debe presentar ante el Congreso los Presupuestos generales al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior. El articulo 134 también prevé qué ocurre si no se aprueban antes del primer día del ejercicio económico correspondiente. En ese caso se considerarán automáticamente prorrogados los Presupuestos del ejercicio anterior hasta la aprobación de los nuevos.
La constitución es clara en cuanto a que si no se aprueban, se pueden prorrogar, pero también es claro en que deben presentarse. Lo grave no es que no se aprueben, sino que ni siquiera se presenten. Lo que lo que no quiere hacer Pedro Sánchez es presentarlos ante el temor de que no sean aprobados. Y es que supondría más desgaste a su débil legislatura. El Partido Popular no descarta recurrir a la Justicia, en este caso al Tribunal Constitucional, si no se presentan.
Los expertos explican la importancia de aprobar el presupuesto antes de que termine el año para asegurar la transparencia y la supervisión parlamentaria del proceso. Así como que la prórroga tiene carácter provisional para evitar estar sin presupuestos, pero no debe considerarse una manera habitual de gobernar.
Desde la instauración del régimen de 1978, los Presupuestos han sido prorrogados hasta en nueve ocasiones. En 1978, durante el gobierno de Adolfo Suárez, los presupuestos se prorrogaron debido a la transición y la consolidación de la democracia. En 1982, con el gobierno de Calvo- Sotelo, la prórroga se debió a la inestabilidad política tras el intento de golpe de estado en 1981. Y durante los gobiernos de 1995 con Felipe González, 2011 bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, 2016, 2017 con Mariano Rajoy y 2023, 2024 con Pedro Sánchez. En todos estos casos por falta de mayorías parlamentarias y por faltas de apoyos parlamentarios.
Las consecuencias de gobernar con presupuestos prorrogados son más graves de lo que pretenden hacernos creer. Puede producirse un desajuste económico, ya que pueden no reflejar la situación económica actual, llevando a un desajuste entre ingresos y gastos reales. Y tampoco tendría en cuenta situaciones producidas en el último año como la Dana o la creciente llegada de inmigrantes a Canarias. Los presupuestos vigentes, de 2023, representan una realidad pasada; estaban enfocados a la recuperación de lo vivido durante la pandemia, una situación muy distinta a la actual.
También limita la aplicación practica de ciertas iniciativas y leyes, como la Ley del ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Aunque se haya aprobado la ley, su implementación depende de la asignación de fondos específicos dentro de los Presupuestos. Si no se aprueban nuevos presupuestos y se prorrogan sobre los de años anteriores , en los que no existían esas leyes, a efectos reales esta ley no se aplicará. Sin estos fondos, las medidas prometidas, como ayudas económicas, no pueden llevarse a cabo.
Gobernar sin presupuestos puede dificultar el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda pública, ya que los presupuestos prorrogados no están alineados con las metas fiscales actuales. Otro gran afectado serian las autonomías y ayuntamientos por la falta de nuevos fondos.
Y en general la falta de presupuestos actualizados puede generar incertidumbre en los mercados y entre los inversores, lo que puede afectar negativamente a la economía.
Esta falta de propuesta tampoco ha sido muy bien recibida por la Comisión Europea, ya acepto la prórroga de 2024, pero advirtiendo que España estaba en una situación difícil por su elevado déficit. Pedía cuentas actualizadas lo antes posible. Ante la posible no presentación de propuesta en 2025 la UE ha expresado su preocupación. De hecho el Parlamento Europeo ha reprochado al Gobierno español el ser el único país de la eurozona que no ha presentado presupuestos pese a no estar en proceso de formación de gobierno o en periodo electoral. La Comisión también está apremiando a entregar los presupuestos para 2025 lo antes posible.
La no presentación afecta a la credibilidad del país, lo que podría influir en futuras negociaciones y asignaciones de fondos. La falta de cumplimiento con los requisitos presupuestarios puede ser vista como una señal de inestabilidad . Y además dificulta la coordinación de políticas económicas con eficacia. Ya ha llevado a retrasos en la recepción de fondos europeos. Esto puede afectar la financiación de iniciativas clave en áreas como infraestructura, educación y desarrollo regional.
La falta de presentación de presupuestos tampoco ha sido bien recibida por los “socios” de Gobierno del PSOE. Sumar y Podemos exigieron esta semana que se registrasen en el Congreso Cuentas para este año. Como es habitual dentro del propio PSOE, no hay muchas voces criticas; con excepción del presidente de Castilla La Mancha, Page, que expresó su preocupación; sin embargo también manifestó ciertas dudas sobre si no sería mejor continuar con los anteriores: «uno no sabe si es mejor que salgan, porque si salen con peajes de Puigdemont, mejor que no salgan porque saldrá mucho más caro»
La excusa de Pedro Sánchez para no presentar los presupuestos es que dice no contar con apoyos. Y que no desea» hacer perder tiempo al Congreso y a los ciudadanos»
Pero eso no debería ser excusa para no presentarlos, ha de hacerse y afrontar el riesgo de que no le sean aprobados. Lo contrario, además de todos los efectos negativos que ya hemos comentado, es como decir que solo se saldrá a jugar un partido si se sabe que se va a ganar.