11 de agosto de 2025

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¿Qué se oculta en el Grupo de Puebla?

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El Grupo de Puebla es una red internacional que agrupa a políticos de hispanoamérica con un discurso progresista. Aparentemente, promueve la justicia social, la integración regional y la defensa de los derechos humanos. Fundado en 2019 en la localidad Mexicana de “Puebla”, que da nombre al propio grupo, fue presentado como un “contrapeso” al neoliberalismo y a la “derecha internacional”. En realidad, sus movimientos y postulados reflejan cierta servidumbre ante el gran capital y el liberalismo que tanto repudian y del que forman parte como flagelo “alternativo”.
Entre sus filas se encuentran exmandatarios como Rafael Correa, Evo Morales, Dilma Rousseff, y también figuras españolas como José Luis Rodríguez Zapatero. Este último desde la conformación del grupo ha sido el actor principal y destaca su implicación en procesos políticos latinoamericanos, como el respaldo al régimen inmundo y reaccionario de Nicolás Maduro en Venezuela. Ello evidencia una estrategia coordinada para legitimar dictaduras de sátrapas y tiranos bajo la apariencia del diálogo y mediación.
El Grupo de Puebla no es una simple coalición de líderes de izquierdas; es una red internacional que opera al servicio de intereses políticos concretos (como parte de la campaña del “posmodernismo ideológico”), alejados de la lucha real de las clases trabajadoras. Valiéndose del discurso progresista, el grupo se ha alineado con gobiernos que reproducen prácticas represivas y acuerdos con potencias extranjeras, sin ofrecer una alternativa real. En vez de representar una ruptura con dicho sistema, sirve como una válvula de escape para canalizar el descontento popular hacia opciones inofensivas para el capital internacional.
En el contexto español, la influencia de esta red se refleja en la tibieza o la poca acción con la que ciertos sectores políticos abordan las violaciones de derechos humanos en América Latina. Y en la promoción de una agenda internacional alineada con estos gobiernos “progresistas”, aunque sean profundamente corruptos y represivos. Zapatero, lejos de ser un simple expresidente retirado, actúa como puente entre esta nueva internacional progresista y sectores del Estado español que buscan mantener su relevancia dentro del marco institucional.
El papel que podría jugar el Grupo de Puebla en la política española no debe subestimarse. Más allá de sus declaraciones públicas, su objetivo es consolidar una izquierda dócil, reformista y completamente integrada en el sistema, desactivando cualquier impulso revolucionario real. Bajo un barniz ideológico, este tipo de proyectos sólo buscan administrar la crisis del capitalismo, no destruirlo.