Claudia Sheinbaum, es una de las apadrinadas por López Obrador, que a sus 61 años ha dado el salto de la jefatura del gobierno de ciudad de México, a la presidencia del país, siendo esta la primera presidenta de la Historia de México, antes incluso que Estados Unidos.
Con Cerca del 60% de los votos Sheinbaum recoge el testigo de su mentor, López Obrador como una de las políticas más populares de Hispanoamérica, en este momento. Su popularidad se debe en gran parte a la continuación de las medidas sociales de AMLO y su éxito a la hora de reducir la tasa de homicidios en Ciudad de México (CDMX) en un 50%.
Proseguirá con la estrategia de abrazos no balazos, creando oportunidades económicas a la gente joven de tal manera que le resulte más complicado al narco reclutarlos. Esta estrategia ha demostrado ser claramente insuficiente, ya que es casi imposible competir con los salario que ofrecen los narcos, eso sin contar con la ya más que asentada Narco-Cultura, que glorifica el estilo de vida de los sicarios y capos del cartel.
Sin embargo Sheinbaum ha declarado que tiene la intención de aumentar el reclutamiento de la Guardia Nacional y convertirlos en la fuerza de primera respuesta, esencialmente sustituyendo a la policía, además de poner a esta bajo el control del ejército de manera que haya una mayor coordinación entre las FFAA del país. Esto ha sido una declaración muy controversial ya que, en teoría, la Guardia Nacional es un cuerpo policial más y está bajo el control de la Secretaria de Seguridad Publica y Protección Ciudadana, pero teniendo en cuenta que la mayoría de miembros de la Guardia Nacional son Militares, ha decidido optimizar esa cadena de comando.
Esta última medida ha despertado la ira de muchas organizaciones y activistas por los derechos humanos, que han redactado más de 85 quejas sobre el abuso de la fuerza y las sistemáticas torturas realizadas por la Guardia Nacional. Además de esto la Guardia Nacional no está capacitada para realizar investigaciones de campo, ni forensics, además de actividades de prevención del crimen.
Sheinbaum apuesta por un modelo criminológico más coordinado entre sí de manera que puedan atacar a las organizaciones criminales no solo desde un punto de vista militar sino también económico y social, dañando sus estructuras financieras y la capacidad de ofrecer los recursos que el estado mexicano es incapaz de ofrecer.
En cuanto a cómo paliar patrones criminales concretos como las desapariciones o el narcotráfico, Sheinbaum apuesta por la actividad ciudadana frente a la institucional, apoyando iniciativas civiles mediante subvenciones. En cuanto a las desapariciones forzadas en México Sheinbaum apuesta por continuar con el modelo actual uno que prácticamente abandona a su suerte a los familiares que quieran buscar los cadáveres de sus seres queridos, esto se puede deber a un patrón que se repite durante toda la candidatura de López Obrador y es el de el falseamiento de datos.
Un desaparecido no tiene el mismo coste político que un homicidio, por lo que en mi opinión existe un interés en permitir esta práctica con tal de que no salpique a la candidatura. Una clara prueba de esto sería el escándalo de los 400 cadáveres que escondió el ejército mexicano con ayuda de un cártel local, o los numerosos forenses y operadores de morgues que son amenazados para cambiar la causa de la muerte, de manera que beneficie al discurso político del momento.
Sobre la lucha contra las redes productivas y logísticas del narcos, Sheinbaum ha decidido continuar con el camino marcado por López Obrador y apostar por programas de reducción de daños, consistentes en dar lugares limpios y seguros a los toxicómanos, para la ingesta de droga, además de proporcionarles las herramientas para llevar a cabo dicha ingesta, como puedan ser jeringuillas o mecheros.
En cuanto al cultivo de plantas ilícitas como la marihuana o la amapola, se quiere ofrecer ayudas a los campesinos para compensar el dinero perdido por cultivar cultivos menos rentables, pero legales. Esta estrategia lleva bastante tiempo en funcionamiento en México y ha resultado ser un completo fracaso en Colombia, todavía estamos a la espera de la publicación del informe que mostrará el grado de eficacia de esta medida.
Curiosamente Sheinbaum ha ignorado los verdaderos retos que tiene México frente a la producción y distribución de drogas que es, por un lado tener el mercado de toxicómanos más grande del mundo como vecino, y por otro la producción de drogas sintéticas que han desplazado a un segundo puesto el cultivo de marihuana y amapola.
En cuanto a la posible colaboración con otros países simplemente se ha prometido apostar por recuperar las relaciones perdidas durante el mandato de AMLO con EEUU y establecer una cooperación más estrecha entre EEUU y México, además de la creación de grupos de trabajo binacionales, con tal de aumentar la colaboración entre los dos países.