Durante un mitin de campaña de las elecciones legislativas del 17 de noviembre, el Primer Ministro de Senegal, Ousmane Sonko (PASTEF) declaró que el libro de una historiadora francesa sobre la región de Casamance tendría prohibida la comercialización en el país. La autora es Séverine Awenengo Dalberto, investigadora francesa del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), y el libro trata «La idea de una Casamance autónoma – Posibilidades y deudas morales de la situación colonial en Senegal». La obra está de momento solo disponible en francés. 

Este libro ha provocado fuertes protestas en Senegal, debido a que la cuestión nacional sobre la región de Casamance sigue siendo un tema delicado y polémico. La posición senegalesa al respecto es de total rechazo a una posible autonomía de la región. El Primer Ministro Sonko alertó de que la obra forma parte de un proyecto de desestabilización sobre un tema que concierne únicamente a los senegaleses. También declaró en Ziguinchor, capital de Casamance, no solo contra la autora sino contra Francia: «Si esta francesa quiere escribir, sólo tiene que ir a escribir sobre Córcega, que pide su independencia de Francia. Sólo tiene que escribir sobre Nueva Caledonia, que exige su independencia, pero no tiene que escribir sobre Senegal», y «Si Francia quiere darnos archivos, sólo tiene que darnos los archivos de sus ejecuciones sumarias en Senegal durante la colonización, de las guerras que dirigió aquí, de las torturas que llevó a cabo, de los trabajos forzados, eso es lo que esperamos de Francia, que nos proporciona los archivos de Thiaroye 44, pero no los archivos sobre la supuesta autonomía de Casamance» en Ziguinchor, capital de Casamance. En respuesta, la autora se ha defendido diciendo que su obra es estrictamente histórica y que no pretende nada de lo que se la acusa.

Para entender la polémica y la prohibición del libro en Senegal debemos hablar del conflicto de Casamance, su origen y su recorrido histórico hasta la actualidad. 

La región de Casamance se encuentra en el sur de Senegal, encajonada entre Gambia y Guinea-Bissau. Posee importantes diferencias con el resto del país: la religión mayoritaria es el catolicismo, en vez del islam, la etnia predominante son los diola, frente a los wólof, mayoritaria en el resto del país. Los casamanceses defienden tener mayor parentesco con los bissauguineanos, debido en parte al origen común por la colonización portuguesa, que posteriormente sería francesa. Casamance posee tres recursos clave: el zirconio, mineral usado para la joyería, la madera, de palo rosa y teca y, en menor medida, el cannabis. 

Tras la independencia de Senegal en 1960 la situación con Casamance estuvo en calma. En los siguientes años se fue gestando, más que un conflicto étnico, un conflicto económico y político. Durante los primeros años, la apropiación de tierras por senegaleses del norte y por multinacionales extranjeras fueron generando tensiones en la región. Debido a la propia identidad diola y a la labor de la intelectualidad casamancese, se comenzó a establecer una contraposición entre norte y sur, y el conflicto fue adquiriendo un carácter primero autonomista y posteriormente  independentista. A este respecto, voces críticas acusan al gobierno de Senegal de tergiversar la historia de Casamance y borrar su cultura.

El 26 de diciembre de 1982  durante una manifestación pacífica de los casamanceses en Ziguinchor, liderados por el Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance (MFDC), fundado ese mismo año, reclamando la autonomía de la región, el gobierno senegales respondió con detenciones, asesinatos y desapariciones. Los primeros años el movimiento regionalista fue pacifico, pero en 1985 se fundó el brazo armado del MFDC, denominado Attika (guerrero en lengua diola). Los posicionamientos avanzaron hasta el secesionismo, defendido esta vez con la fuerza de las armas. 

En su origen, el movimiento estuvo apoyado por diversos países, como la Libia de Gadafi, el Irak de Saddam Hussein, Gambia o Guinea-Bissau. Con el tiempo, los apoyos internacionales desaparecieron, dejando a la guerrilla sin apoyo económico externo con el que podían adquirir armas y municiones. Al gobierno senegalés lo apoyó Francia mediante armamento e instrucción militar para mantener el dominio sobre Casamance. El MFDC se dividió en otros grupos como el Frente Norte, caracterizado por un mayor acercamiento a las negociaciones con Dakar desde 2004, y el Frente Sur, con ciertos apoyos e influencia en Guinea-Bissau, caracterizado por una mayor beligerancia y por el rechazo a los acuerdos alcanzados por el Gobierno y el Frente Norte.

El conflicto ha vivido episodios de violencia y periodos de paz. En las últimas décadas, se destaca un periodo violento entre 2010 y 2011, el Tratado de Roma de 2012, que prometió medidas especiales para la región y que tuvo como efecto la distensión entre las partes enfrentadas. En 2014, el líder del MFDC, Salif Sadio, pidió un alto el fuego respetado parcialmente. A partir de este momento se sucedieron negociaciones de paz que no avanzaron en la resolución del conflicto. En 2022 el gobierno realizó otra ofensiva contra el MFDC para destruir sus enclaves.

En la actualidad, y desde hace muchos años, se considera un conflicto de baja intensidad. La pérdida de apoyos internacionales ha perjudicado a la causa casamancesa que ha buscado nuevas formas de financiación. La tala de árboles fue prohibida en 2010 por la desertificación, pero el contrabando de madera es un negocio lucrativo para el MFDC y los particulares de la zona. La madera talada pasa principalmente a Gambia que posteriormente exporta en un 98% a China, oficialmente figura como madera gambiana. En menor medida, la venta de cannabis es otra de las fuentes de financiación, su consumo es principalmente nacional y no se exporta. 

La minería juega un papel importante: en 2018 comenzó la explotación de la mina de Niafrang por la multinacional Astron Corporation Ltd, asentada en Australia. El MFDC argumenta que los permisos de extracción tendrán repercusiones negativas. El 10% de los beneficios van a parar a las arcas senegalesas, y una pequeña porción va destinada a los líderes guerrilleros que aceptaron su extracción. 

Como curiosidad, han existido lazos entre Cataluña y Casamance a través de la fundación Catalunya-Casamance que realizó tareas de alfabetización y escolarización. También a través de ProjectXevi, donde destinan financiación para diversas actividades. Todo está relacionado con la causa independentista, pero cabe añadir que este apoyo ha decaído mucho con el tiempo. 

El conflicto de Casamance sigue siendo un tema polémico y candente en Senegal, pese a la actual inactividad del MFDC. El rechazo al libro de Séverine Awenengo Dalberto es una muestra de ello y de la intransigencia a cualquier forma de autonomía para Casamance.